Reflexión descarnada sobre la violencia machista
Por Sergio Díaz
Hubo un momento en el que corté carreteras, hacía pancartas, organizaba asambleas, no me perdía una ‘mani’… me creía un activista capaz de cambiar el mundo. Luego crecí y desde mi sofá pensé que hacía algo cuando firmaba en www.change.org.
Ahora sigo comiendo como si nada cuando veo las noticias. O ni las veo. ¿Qué coño me ha pasado? Supongo que me he convertido en aquello que odiaba a los 20 años y que le he dado la razón a mis padres. Pero de vez en cuando lo intento. Utilizo estas páginas para intentar hacer algo. Lo intento en mi vida cotidiana siendo mejor persona con la gente que está a mi alrededor y los feminicidios no me dejan para nada indiferente. Pero sé que no es mucho. Sé que la inacción y el no sentirme culpable de nada no le hacen ningún puto favor a nadie. Sobre todo a mí mismo.
Por eso son necesarios montajes como este que han creado Agnés Mateus y Quim Tarrida (y que interpreta la propia Agnés), y que es una contundente denuncia contra la violencia que padecen las mujeres. Y que llama a las cosas por su nombre, porque las mujeres no ‘pierden’ la vida. A las mujeres las asesinan. Así que hay que seguir gritando bien alto y bien fuerte para llamar a las cosas por su nombre, para que todos nos vayamos enterando de qué va esto.
Esta propuesta vuelve al Teatro Español tras el éxito cosechado en el Festival ZIP 2018. Es Premio de la Crítica 2017 al mejor espectáculo de Nuevas Tendencias, Premio FAD Sebastià Gasch Aplauso 2018, y Premio Butaca 2018 a las Nuevas Aportaciones Escénicas. Porque se lo merece.
Yo no sé si lo merezco. No sé si merezco que me explote en la cara la vida. No participo de la violencia, pero no he hecho nada extraordinario por erradicarla. Mantengo una relación sana con el amor, pero ¿acaso es eso meritorio? No soy equidistante, me he significado, pero solo voy a las manis del 8M… Supongo que sí, que la pasividad también tiene que acabar pasando factura.