Los antiguos alumnos de una escuela religiosa se han reunido el fin de semana en un pequeño hotel de las afueras de la ciudad para rendir homenaje y celebrar la jubilación del que fuera su tutor. Las obras en el edificio han obligado a Morales y a Torres a compartir habitación. No fueron demasiado amigos en clase y ahora tampoco parece que tengan demasiadas cosas en común. Morales no guarda muy buen recuerdo de los años de la escuela. Torres, en cambio, dice que fueron los mejores de su vida.
Mientras se preparan para la celebración harán memoria de los años pasados, de cómo Torres sacaba buenas notas y soñaba con ser un gran futbolista. También de cómo Morales, blanco de las burlas por ser sensible y afeminado, tenía como único objetivo sobrevivir.
En las conversaciones aparece otro compañero de clase: González, el que fue y sigue siendo mejor amigo de Torres. El gran líder, el alumno perfecto de historial impecable… y el acosador que hizo la vida imposible a Morales hasta el extremo de dejarle marcado para siempre.