Un actor frustrado y el fantasma de un amor perdido. Un personaje que deambula por los bajos fondos de la escena teatral. Un bufón pendenciero que polemiza acerca del oficio del actor. Un humilde obrero, un pobre técnico de una salita de teatro que interpreta escenas de amor, de locura y de muerte donde lo que se sueña a veces parece realidad y donde la realidad a veces parece que se sueña. Así se encuentra nuestro clown, triste solitario y final.
Una creación de un mundo onírico en dónde lo terrenal es injusto, junto a la inefable presencia de William Shakespeare.