La mujer sin rumbo nos presenta en clave de comedia ácida, descomedida y desairada las diferentes estaciones de metro y calvario por donde transita una mujer joven, desenamorada y rota a lo largo de un domingo de resurrección.
La obra arranca con Leticia ante el oso y el madroño, estupefacta y extraviada, por sufrir el abandono inesperado de su novio tras un largo noviazgo. A partir de ahí paseará su rabia insensata, su saña animalista, y su mal de amores por diferentes lugares muy reconocibles de la ciudad de Madrid tras los pasos de su propia sombra envenenada por el rencor.