El sheriff de Babilonia, de King y Gerads, y Ex Machina, de Vaughan y Harris
Por Pablo Iglesias Simón / @piglesiassimon
Muchos son los cómics en donde se siente con énfasis la reverberación de los terribles atentados del 11 de septiembre de 2001, que cambiaron para siempre el mundo tal y como lo conocíamos.
En la miniserie de doce números El sheriff de Babilonia Tom King, acompañado al dibujo por Mitch Gerads, nos traslada al Bagdad de 2003 en los días de la ocupación norteamericana tras la derrota del régimen de Saddam Hussein. A partir de sus propias experiencias como agente de operaciones de la CIA en Irak, King articula una historia, que marida el western y el género negro con gran maestría y donde unos personajes fracasados se arrastran entre los escombros de una urbe desestructurada, sin sentido y sin horizontes. En ese contexto, Christopher Henry, antiguo policía reconvertido en contratista militar destinado a Bagdad con la misión de entrenar al nuevo cuerpo de seguridad iraquí, deberá desenmascarar los enigmas en torno al asesinato de uno de sus reclutas. Para sus pesquisas deberá unirse a Sofía, una iraquí criada en el exilio y cuyos familiares fueron ajusticiados por el mismo régimen que ayudaron a encumbrar; y Nassir, el acaso único superviviente del antiguo cuerpo de policía de Saddam y quien fuera responsable de muchos de los crímenes que padecieron los opositores durante su mandato. Con estos mimbres, King nos regala la historia de una búsqueda entre los rincones olvidados de una metrópoli fracturada y el paisaje interior de vencedores y vencidos que comparten una misma derrota.
En Ex Machina, serie de 50 números, con Brian K. Vaughan al guión y Tony Harris al dibujo, se conjuga magistralmente el género político con el de los superhéroes. De este modo se cuenta la historia de cómo Mitchell Hundred, ingeniero que adquiere de una forma misteriosa la habilidad para dominar todo tipo de máquinas, se convierte en alcalde de Nueva York, tras ser capaz de salvar a una de las Torres Gemelas el 11 de septiembre. A través de una historia que engancha desde la primera viñeta, Vaughan nos enfrenta a los dilemas diarios que afronta Hundred para cambiar la sociedad y luchar contra las injusticias, intentando poner la complicada maquinaria de la Administración al servicio de los ciudadanos.