Fotos: David Ruiz
En Verona, dos importantes familias, que llevan enfrentadas desde que hay recuerdo, ven cómo el amor crece entre ellas para unirlas: una tragedia anunciada desde el principio. Romeo & Juliet habla de las pasiones que nos acompañan desde siempre, de corazón a corazón. Habla del amor, del odio, de la violencia y de la muerte, del destino y del dolor. Habla de la juventud, de la sociedad y de la rebeldía. El humor y la tragedia se mezclan bajo un lenguaje poético cargado de imágenes impactantes con una belleza que nos conmueve y que necesitamos compartir con los espectadores. Por eso, 400 años des- pues, la representamos para el público juvenil y adulto de nuestros días.
Es Romeo & Juliet un maravilloso artefacto teatral, una comedia que se vuelve tragedia, un apasionado canto a la vida, latido a latido: poesía.
Ensayo tras ensayo, las manos han ido apareciendo por todas partes: el Conde Paris pide la mano de Juliet; el Príncipe sentencia las sangrientas manos de las familias; es la mano de Romeo la que conoce a Juliet; el fraile une las manos de los amantes en la boda; Juliet encuentra la mano de Romeo envenenado… se trata de manos que imploran, que matan, que perdonan o rezan, manos que acarician.
Desde las manos se ha concebido la puesta en escena: un solo actor incorpora a cada uno de los personajes. Por medio de sus brazos y sus manos conduce la acción escénica, guiando la imaginación de los espectadores por los distintos escenarios de Romeo & Juliet.
A partir de la sencillez escenográfica que proporcionan dos celosías y una mesa, escenario sobre el escenario, y un preciso y evocador juego de objetos, el actor desvela el mundo que palpita tras las palabras de Shakespeare. Escuchar los sonidos que imaginó, la música de sus palabras, nos acerca al sentir de los personajes.