Miguel de Molina es, probablemente, la mejor encarnación que ha dado España de esa mezcla tan sugerente que resulta de juntar la vanguardia con la tradición. Ponía pasión y amor sobre el escenario, pero resultó molesto para muchos por ser un fenómeno de masas, de izquierdas y abiertamente homosexual. Artista de raza, se vio obligado a emigrar a Argentina.
En Miguel de Molina al desnudo, el personaje vuelve para contar su verdad, desde su infancia hasta los fugaces encuentros con Lorca y la tortura que sufrió ya terminada la Guerra. No es sólo un homenaje a su figura o una biografía musical, es la necesidad de contar a través de su vida algo que atañe a nuestro presente y de situar a la copla en el lugar que le corresponde, como un arte popular que surgió en tiempos de libertad y sedujo a grandes como Rafael de León, Manuel de Falla o el mismísimo Lorca.