Parece un momento más que propicio para hablar de narcisismo. Ese narcisismo que todo lo inunda; ese que agranda nuestra percepción de nosotros mismos y nos empuja a hacer todo a lo grande, aunque hayamos olvidado muy bien la razón por la que lo hacemos. Partiendo de un humor negro sin concesiones, Je suis narcissiste nos presenta a una organizadora de eventos culturales que vive cada día como una carrera de obstáculos que se interponen entre ella y su felicidad.
Los acontecimientos la desbordan y las personas la dejan sumida en una sensación de soledad. Parejas, mascotas, jefes, ascensoristas, artistas o empleados de pompas fúnebres parecen mucho más interesados en hablar que en escuchar. Ante un caldo de cultivo tan sabroso, bastará un desencadenante, en forma de gato muerto, para que llegue el colapso emocional. Abrumada, llega a la consulta de un psiquiatra que abraza todo tipo de teorías tan excéntricas como él. Ambos viajarán juntos a través de una experiencia transformadora (o no).