El gran Miguel Rellán se estrenó como director teatral con esta comedia y ahora vuelve a retomar la propuesta. Se trata de un divertido espectáculo con cuatro escenas independientes y delirantes en las que se muestra cómo la falta de sensatez y la estupidez, hace que las cosas acaben en auténtico desastre… Desde quienes deciden ser sinceros a toda costa («yo voy con la verdad por delante»), hasta los que prefieren partirse la cabeza antes que reconocer que estaban equivocados.
Alguien dijo: «Si pudiéramos suprimir la maldad, el mundo sería un poco mejor. Pero si pudiéramos suprimir la estupidez, el mundo sería muchísimo mejor». Pues eso.