El laboratorio de artistas colombiano fundado en París en 1984 por Heidi y Rolf Abderhalden, instala en el museo madrileño su etno-ficción De los dementes, ò faltos de juicio dentro del Programa Fisuras (hasta el 29 de abril), un proyecto de ida y vuelta que parte de las minas de oro del otro lado del Atlántico y está estrechamente vinculado al histórico edificio que ocupa el Reina Sofía en Madrid.

 

Por Álvaro Vicente / @AlvaroMajer

Fotos: Joaquín Cortés y Román Lores

 

Lo que hoy es el Museo Reina Sofía (el edificio Sabatini) antes fue un hospital. Lo fundó Felipe II en el siglo XVI como Hospital General y de la Pasión de Madrid para dar asistencia, refugio y hospitalidad (de ahí lo de hospital) a los pobres y marginados de la ciudad. Sería Fernando VI dos siglos después el que lo convirtió en un centro sanitario más cercano a lo que hoy entendemos por hospital. En los sótanos del edificio se acogería a los excluidos de la sociedad, los entonces llamados «dementes ò faltos de juicio». Desde 1749 se empezó a financiar el hospital masivamente con el oro llegado de las colonias americanas. Locura y oro.

A finales del siglo XVIII, Carlos III envió a los ingenieros Juan José D’Elhúyar y Ángel Díaz Castellanos a la región minera de Caldas, en Colombia, que entonces era el Virreinato de Nueva Granada, para modernizar las minas de oro y hacerlas más rentables. En las minas de Marmato, Ángel Díaz Castellanos sufrió lo que en aquella época se diagnosticaba como auriferis delirium (algo así como la fiebre del oro, que nada tiene que ver con la de los western) y tuvo que regresar a España, donde fue internado en las Bóvedas del Hospital General y de la Pasión. Locura y oro, otra vez.

El equipo de Mapa Teatro, un laboratorio de artistas que utiliza distintos medios para realizar sus obras (teatro, vídeo, instalación, radio, intervenciones urbanas, conferencias performativas, etc.), se desplazó a las minas de Marmato siguiendo el rastro de aquellos ingenieros para comenzar un proyecto en un género que ellos han bautizado como etno-ficción. Las minas de Marmato (tierra de la cultura precolombina Quimbaya) ya estaban siendo explotadas antes de la colonización española y hoy lo siguen siendo sin renunciar a los métodos artesanales y tradicionales de extracción, pese a que las grandes multinacionales amenazan con industrializar un proceso que sirve de sustento a toda una región fuertemente cohesionada en torno a la cultura de la minería.

A través de una instalación que ocupa tres lugares del Reina Sofía -Espacio 1, escaleras y Sala de Bóvedas-, Mapa Teatro crea esta ficción, De los dementes, ò faltos de juicio, relacionando estos espacios del museo con su pasado histórico, su financiación mediante el oro procedente de América, y la actual explotación minera con el delirio del capital financiero globalizado.

 

Mapa Teatro instala su delirio aurífero en el Museo Reina Sofía en Madrid

 

Delirio aurífero

Todos los materiales recogidos en sus investigaciones por Mapa Teatro han sido trasladados hasta los tres espacios citados y transformados en imágenes, sonidos y máquinas para darle cuerpo a este delirio aurífero.

El recorrido comienza en el Espacio 1, donde se exhibe el relato que articula la investigación bajo forma de atlas: vídeos con imágenes de las minas de Marmato, mapas, facsímiles de documentos rescatados de los archivos del antiguo hospital (actas, constituciones, ordenanzas, etc.), cartas de Ángel Díaz, planos arquitectónicos del edificio o artículos periodísticos, entre otros. Junto a ellos, se muestran también varias piezas etnográficas, incluida una estatuilla en oro de un cacique Quimbaya.

Un circuito cerrado de televisión nos muestra imágenes de los otros dos espacios, manteniendo una línea continua con toda la exposición. Así, en las escaleras se presenta una instalación audiovisual con imágenes del transporte de las mulas utilizadas por los mineros para poder acceder a las minas. Estas imágenes recorren las cinco plantas de altura del edificio, permitiendo al visitante vivir la experiencia física de ese ascenso.

En la Sala de Bóvedas, el espectador podrá relacionar el espacio arquitectónico de Sabatini con el interior de una mina tradicional. Allí, una instalación formada por material original traído de la mina de Marmato interactúa con una proyección de vídeo grabado en las mismas minas. Rieles con sus vagonetas mantienen un viaje continuo que articula esta sala con las escaleras.

 

Mapa Teatro instala su delirio aurífero en el Museo Reina Sofía en Madrid

 

«La fisura que abre ahora Mapa Teatro nos habla de una grieta lejana, aún sin cerrar, lugar de explotación y deseo, de ingenio y brutalidad, de resistencia y olvido. La ficción es a la fisura lo que la pólvora a la grieta: practica el corte para hacer visible lo encubierto. Este gesto produce una narración que podría ser leída casi como un cuento fantástico; sin embargo, en la naturaleza de la operación que la fabrica se manifiesta una afirmación de lo poético que es ya una toma de partido, una respuesta a la hendidura extractiva, a la soberbia racionalista y a las memorias borradas.»

José A. Sánchez. La grieta del oro

 

«Lo que surge primero en las obras de Mapa Teatro es, sencillamente, un afecto. Un afecto que, en aquel momento, pulsa en los cuerpos de sus directores, los hermanos Heidi y Rolf Abderhalden, poniéndolos en tensión. Desde fuera, parece una nada. Y es que los afectos no tienen imagen, ni palabra, ni gesto y, sin embargo, son reales —o, mejor, son las emociones de lo real propiamente dicho, emociones vitales. Estos consisten en los efectos de las fuerzas que agitan un determinado contexto en los cuerpos que lo componen, produciendo en esos cuerpos un estado intraducible por el sujeto en su repertorio, lo cual lo desestabiliza. Tal estado señala que la vida se encuentra sofocada en algún punto en las formas del presente y sus respectivos lenguajes, lo que nos exige liberarla para que pueda retomar su movimiento.»

Suely Rolnik. Mapa Teatro: la creación a partir de un afecto