25 años improvisando

 

Por Álvaro Vicente/@AlvaroMajer

 

Pocos, por no decir nadie, pueden contar que llevan 25 años llenando teatros por todo el mundo sin saber lo que van a hacer. Solo la compañía valenciana  L’om Imprebis, pioneros en nuestro país del arte de la improvisación teatral,  que vuelve al Teatro Alfil, su casa de Madrid, para celebrar este cuarto de siglo de Imprebís, un espectáculo con el que han vivido de todo. Y precisamente, aquí recogemos  un puñado de anécdotas de sus tres protagonistas, el director Santiago Sánchez y los actores Carles Montoliu y Carles Castillo (en la foto), que sirven para dar una idea de la dimensión global de este auténtico fenómeno escénico que, esperemos, cumpla otros 25 ¡por lo menos!

 

UN CORTE DE PELO, POR FAVOR. Carles Castillo

Estábamos en una actuación y en una de las improvisaciones Carles Montoliu hacía de peluquero y yo hacía de un tipo que entraba en su peluquería. Me sentaba y de pronto, chas, me da un tijeretazo y me corta un mechón de pelo, pero de verdad, y lo deja caer al suelo. El público se quedó un poco extrañado, Santiago y el resto del equipo también. Y de pronto, chas, otro mechón al suelo, y otro, y otro y ya empecé a cabrearme porque aquello ya me parecía excesivo. Me enfadé con él, tuvimos una bronca del 7. Acabó el espectáculo y ya le contamos a Santiago y a todo el equipo que había sido una bromita que habíamos pactado… y casi nos matan.

 

CUANDO SALÍ DE CUBA. Santiago Sánchez

Actuando en Cuba, en el Gran Teatro de La Habana, decidimos meternos un dólar en el bolsillo para ver si en alguna improvisación lo podíamos utilizar. Estaba allí toda la plana mayor del Ministerio de Cultura y parte del gobierno de Fidel Castro, era el año 98. Y en el bis sacamos el dólar para ponerlo en el pico de un águila, un águila que sobrevolaba una isla, mientras la isla estaba ansiosa por que cayera el dólar. Afortunadamente, en el último momento la isla cogió el dólar y lo escupió, y menos mal, nos dijeron luego, porque si no llega a escupirlo provocamos el cese del Ministerio de Cultura en bloque.

 

¡MÁS MADERA! Carles Montoliu

Estábamos presentando el espectáculo en el Centro Cultural de España en Bata, en Guinea Ecuatorial, y nos cuentan que el hijo del dictador Teodoro Obiang ha venido a vernos, que coincidía que era el ministro de medio ambiente y bosques. Nos lo contaron a nosotros, a los dos actores, pero Santiago no sabía nada. Y en medio de la función salió un tema, algo así como los maltratos de los jefes a los empleados, y se plantea una situación de un jefe maderero que da golpes a los trabajadores con un palo rojo, una madera típica de Guinea, y yo le preguntaba a Santiago: ¿de verdad vamos a ir por ahí? Y claro, él no sabía nada y allá que fuimos, con la presencia de Teodorín entre el público. La cara del cónsul, los miembros del centro cultural, la gente tensándose… pero la función acabó, él se marchó y luego llamó para felicitarnos por la función e, incluso, por la improvisación ‘delicadita’.

 

FAN NÚMERO 1. Carles Castillo

Hay una chica que desde la primera temporada ha estado viniendo a vernos al Alfil, le encantaba la función, una o dos veces a la semana venía. Y lo curioso es que siempre estaba en la misma butaca y llegamos a identificar su risa, sabíamos que estaba por su risa. Poco a poco nos fuimos haciendo amigos de ella y ha venido a vernos más de 100 veces. Se llama Rosa Olías y la queremos muchísimo. Recuerdo que le encantaba concretamente cómo me moría yo en escena, así que cuando venía a vernos siempre me moría para ella.

 

AMOR IMPROVISADO. Santiago Sánchez

Una de las cosas más sorprendentes que ocurren en Imprebis es que cuando hacemos temporada en una ciudad, se corre la voz y se agudiza el ingenio de los espectadores para ver cómo poner un tema más difícil o más original. Por ejemplo, en Barcelona alguien nos escribió cuatro folios, un guión completo para una escena. Propuestas y temas increíbles, aunque quizás el más original fue el de una chica que dijo que se había conocido con su novio precisamente viendo nuestra función y pidió que se pudieran declarar allí, y les hicimos una especie de boda con un ritual celta en un bis que hicimos en el Teatro Alfil.

 

ESCENARIO Y TRINCHERA POLÍTICA. Carles Montoliu

Pues creo que era el año 97, estábamos en Buenos Aires, en el Teatro Cervantes, y en medio de una de las improvisaciones de la noche aparece por los laterales un espontáneo gritando aquello de «yo no espero el maná, yo lucho contra Menem». Nosotros paramos la función y le dejamos a él hacer su intervención política y luego seguimos con la función. Más tarde nos enteramos de que era un actor, de televisión y de teatro, y se conocía perfectamente los pasillos, los accesos al escenario, y por eso había podido subir y llegar hasta nosotros.

 

 

IMPREBIS

Teatro Alfil

A partir del 4 de octubre