Lautaro Perotti escribe y dirige este texto protagonizado por Carmen Machi, Pilar Castro, Santi Marín, Patrick Criado y Jorge Kent. [entradilla]
Por Sergio Díaz
Turbio compromiso con la mentira
Cualquier proyecto en el que esté Carmen Machi ya tiene una verdad añadida al propio texto. Si el texto es de alguien que se ha formado artísticamente en la mítica compañía bonaerense Timbre 4 genera aún más ganas de verlo, y sobre todo si el autor en cuestión es Lautaro Perotti, al que tenemos ganas de tomarle el pulso de nuevo tras ver su Breve ejercicio para sobrevivir y quedarnos desgarrados. Ahora llega a Madrid con este texto que ya ha recibido muy buenas críticas en Argentina. Además de Carmen Machi, de la que Perotti comenta que «es cómplice fundamental de este proyecto desde el minuto cero; es una actriz a la que todos admiramos, pero además es la persona más trabajadora, humilde y humana que he visto», el montaje que podremos ver aquí está protagonizado por Pilar Castro, Santi Marín, Patrick Criado y Jorge Kent, «un grupo de intérpretes que están mostrando mucha entrega y compromiso en el proceso creativo y les agradezco mucho que hayan confiado en mí», añade un orgulloso director al hablar de su equipo de trabajo.
La mentira es el comienzo
Un Lautaro Perotti que vuelve a ahondar en las emociones más profundas que interpelan al ser humano. En este caso es la mentira. ¿Por qué mentimos? «Se miente con dolor, por amor, miedo, para no hacer sufrir, para cuidar al otro. Se miente por odio…» nos comenta. Este mecanismo de supervivencia ideado por el ser humano para salir adelante, es la base de Cronología de las bestias. «Desde hace mucho tiempo estaba en mi cabeza la necesidad de investigar sobre la identidad y la construcción de la identidad a partir de una mentira», nos explica el propio autor sobre el origen de este texto. La mentira es la protagonista de esta historia. Pero ¿y el antagonista? El antagonista es la verdad, que también sale a la luz. «Para conocer la verdad, es necesario escuchar varias versiones, no sacar conclusiones prejuiciosas y rápidas. La verdad siempre es una, y después están las interpretaciones que se hagan de ella. Cuando una mentira se rompe, se genera un encuentro con las verdades del pasado». Quien busca la verdad suele tener el castigo de encontrarla…
Secretos de familia
La acción de este montaje sucede en un pueblo, cuando el regreso de un joven, tras 10 años de estar desaparecido, provoca que salgan a la luz en ese lugar una cadena de hechos oscuros y hasta macabros, despertando así a la bestia que anida en la familia del joven desaparecido, golpeada inicialmente por la tragedia.
Cuando sobreviene una tragedia a una familia, cada persona que forma ese núcleo se construye su propia verdad -o mentira- sobre el hecho que ha ocurrido, para poder buscar lugares asépticos en los que habitar. Y en ese ánimo de sobrevivir se llegan a realizar acciones que jamás hubiéramos pensado en ser capaces de llevar a cabo. ¿El fin justifica los medios? Si es para mitigar el dolor…
No es fácil soportar esos grandes traumas y las tragedias tratan de olvidarse sepultadas tras toneladas de silencio. Pero los recuerdos no conocen tumbas que los puedan acallar y siempre acaban saliendo a la luz y enraizando en las vidas presentes de quienes pretenden no recordar. Y aunque esa tragedia vuelva a ser reversible y las cosas se recompongan, tras tanto silencio embarrado, tras tanto secreto mortuorio, hay heridas que no cicatrizan jamás.
Este montaje es una obra fuerte, dura, estructurada de una forma no lineal y que lleva al límite al espectador. «Me divertía pensar una historia que obligue al espectador a estar atento, a que cada uno pueda reconstruir la historia, no dejándose llevar por lo que los personajes dicen sino sacar sus propias conclusiones solo después de conocer todos los hechos», termina por explicarnos Lautaro Perotti sobre este trabajo que ahora llega a nuestras manos. Nos toca a nosotros conocer la tragedia de esa familia y su ajuste de cuentas con la historia. Quizás después seamos nosotros mismos los que ajustemos cuentas con nuestras mentiras y omisiones familiares.