Se incorpora esta semana a la gira del montaje dirigido por Fernando Soto sobre la célebre novela de Irvine Welsh que pudimos ver la temporada pasada en El Pavón Teatro Kamikaze. [entradilla]
La adaptación escénica de la novela de Irvine Welsh sigue girando por los escenarios españoles. Esta temporada se suma a su elenco la actriz Irene Arcos, que se mete en la piel de Alison en esta versión teatral de Trainspotting firmada por Rubén Tejerina bajo la dirección de Fernando Soto. Cinco actores con solidas carreras retratan la sordidez de ese universo poniendo voz y cuerpo a una historia cargada de humor corrosivo y mordaz, pero con una potentísima carga emocional.
Por Irene L. Navarro / @IreneLN
¿Cómo afrontas el gran y complejo reto de formar parte de Trainspotting?
Con mucha ilusión… y con un poquillo de nervios, la verdad, no te lo voy a negar. Es un texto muy duro, con un ritmo muy rápido en el que hay que salir a por todas. Es un puñetazo en la barriga, para quien lo ve pero también para quien lo hace. Partes con la idea de la película pero luego todo cambia, estás en otro sitio. Yo vi la película de Danny Boyle cuando era una cría, no sé cuantas veces la he podido llegar a ver a lo largo de mi adolescencia, me fascinaba (y me sigue fascinando) todo, la música, la estética… Hay imágenes que las tengo grabadas en la retina. Ahora, tener la oportunidad de subirme al escenario y formar parte de ese universo, es una sensación muy chula. Aunque como te digo, la obra es mucho más sórdida que la película, con un machismo desolador, es más pronunciada la bajada a los infiernos.
Llegas al proyecto unos meses después del estreno en Madrid. ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación con el texto, la obra y tus compañeros?
Cuando llegas así a un proyecto está un poco el síndrome de la nueva del instituto pero en este caso ha sido muy fácil porque todos están poniendo las cosas muy fáciles. De los compañeros, a parte de su calidad como intérpretes, que eso es algo incuestionable, está el hecho de que son muy buena gente, te hacen sentir a gusto y te dan confianza. Han creado algo muy bonito entre ellos y eso se respira y se contagia. Por su parte, la confianza que he sentido desde el minuto uno ha sido por parte de todo el equipo, desde Fernando Soto, Rubén Tejerina o Laura Ortega a quien no conocía y ha sido un gustazo trabajar con ella…. y claro con esto ya de base, solo cabe ponerse las alas y ¡a volar!
Interpretas a Alison, una de las vidas e historias complejas con las que Welsh nos pone cara a cara. Ahora que le conoces desde dentro, ¿cómo la definirías?
Alison tiene una necesidad de amor desoladora, todo el rato va pidiendo que la quieran, sin pedirlo. Es una mujer rota, la que está de vuelta de todo, la que se ha armado como ha podido para ponerse en pie, y no digo ponerse en pie y seguir adelante, porque ella ya no va a ningún sitio. Ha dejado de intentarlo. Es el “elegir no elegir” que defienden todos los personajes de la obra. Aunque en el caso de Alison elige ”no elegir” porque la vida le duele demasiado.
Te hemos visto en teatro y series de televisión de mucho éxito, asumiendo personajes muy interesantes. ¿En qué momento profesional te encuentras ahora?
Creciendo, creciendo. La sensación que tengo es de crecimiento, tanto en lo personal como el lo profesional. He tenido mucha suerte con los personajes que me han llegado, más grandes o más pequeños, todos han tenido su mar de fondo. En teatro justo hace un año desde que terminé el montaje de Ana Diosdado en el María Guerrero, y ahora volver así, con Trainspotting, es regresar por la puerta grande. Estoy muy contenta. Justo el otro día estaba hablado con una compañera y me decía que los personajes nos escogen a nosotros para ser representados. Me hizo gracia imaginarme a los personajes así, buscando a su actor o actriz para darles voz como si se hubieran escapado de la obra de Pirandello. No sé si eso será verdad, pero si es así, espero que me sigan escogiendo.
El movimiento teatral esta temporada ha llegado con fuerza con estrenos muy importantes y grandes proyectos, pero el trasfondo profesional es el mismo. Lo que cuesta vivir y a veces sobrevivir de la escena. ¿Crees que se hace lo suficiente, además de reducir el IVA cultural?
Ahora ha bajado, sí, pero desde 2012 hemos estado con un 21%. Cinco años con una de las tasas más altas de toda Europa. No, esta claro que la cultura no es una prioridad para los que mandan. Por otro lado creo que deberíamos unirnos y defendernos mejor entre nosotros.
¿Con que sueña Irene Arcos profesionalmente?
Con seguir trabajando, que sigan llegando personajes que habitar.
Hasta donde puedas contar… ¿Nuevos proyectos?
La temporada ha comenzado con mucho movimiento y espero que las cosas se vayan concretando un poco más, por ahora todo esta muy en el aire. Lo que sí puedo contar es que estoy con la adaptación de un texto del que llevaba ya un tiempo detrás y que me hace mucha ilusión poder hacer, y que de cara al 2018 parece que va para delante una película donde me han ofrecido un papel; se iba a haber rodado en 2017 pero se tuvo que retrasar, ojalá se cierre todo pronto.