Fotos: Tamara Gutiérrez García
Se ha escrito un crimen
Juan Gamba es un juglar del siglo XXI. Es actor, narrador, clown, improvisador… Actualmente trabaja en la compañía de teatro y percusión Toom Pak y es uno de los fundadores de los Doctores de la Impro. Con este bagaje no le asusta nada subirse a un escenario solo para defender un espectáculo, este que podremos ver en el Teatro Lara a partir del 26 de septiembre. Un montaje muy especial en el que el actor se mete en la piel de un investigador para hacer la autopsia a varios ‘crímenes ejemplares’ a partir de relatos de autores como Roald Dahl, Max Aub, Cornell Woolrich, Liliana Cinetto… «Hacía tiempo que me rondaba la idea de contar historias policiacas o de misterio, donde lo que captara al público fuera la intriga. Tenía varios relatos en la recámara esperando ser contados, incluyendo algunos del libro Sucesos de mi padre, Andrés Berlanga. Así que me puse a ordenarlos y a darles una coherencia con las anécdotas de la profesión de periodista que me había contando él. Desgraciadamente tras el pre-estreno mi padre falleció y me quedó un homenaje póstumo no intencionado». Y es que el padre de Juan Gamba, Andrés Berlanga, ha sido uno de los grandes periodistas de sucesos de este país y es autor de la dramaturgia, junto con el propio Juan. Así que material tienen de sobra para atrapar esa atención del espectador, tratando un tema que no ha tenido mucha cabida en el teatro, pero que cada día llena páginas de periódicos y horas de televisión y radio: la crónica negra, algo que desde siempre despierta nuestra curiosidad. Como nos indica Juan «estas noticias nos producen fascinación ante lo que se tuerce, por el horror que rompe lo cotidiano, por lo morboso. Pero en un plano más profundo está el miedo a la muerte; la muerte es el mayor de los miedos del ser humano, y en este mundo moderno, aséptico y digital, la muerte surge siempre para recordarnos la fragilidad de nuestra existencia. Y la importancia de disfrutar de la vida y de reírnos de ella».
Este locuaz investigador nos invita a pasear por callejuelas a medio iluminar y nos sumerge en un ambiente de humo y claroscuros, de crímenes y pasiones, todo ello «usando la palabra, narrando como un viejo contador de historias, haciendo veraz lo increíble e inverosímil lo que sí pasó con mucha ironía, e incluso humor negro», como no podía ser menos tratándose de un gran juglar. Sergio Díaz