La epopeya transcurre entre dos puestos de ‘acarajés’, el de Dinha y el de Cira, en Salvador de Bahía. Orson Welles, disfrazado de Macbeth, se ha hecho con el control de la región y ha reinstaurado la esclavitud.
Ultramán, superhéroe de 40 metros de altura, y Naronga -enemigos desde los sesenta y ahora por primera vez luchando juntos-, se unen al popular motociclista Evel Knievel y a los Titanes del Ring para liberar al pueblo bahiano de la tiranía de Macbeth-Welles.
Trifulca, rayos, navajazos, patadas voladoras, verso blanco pentámetro yámbico es el cuadro desolador que se encuentran los filósofos Lisias y Demóstenes al llegar a Salvador de viaje de fin de estudios venidos desde Atenas en BlaBlaCar.
¿Qué va pasar con todo esto? Rodrigo García lo tiene claro: «Yo no lo sé. Son cosas que en la obra se aclararán, y si no, que devuelvan el dinero de la entrada, ¡conchudos!».