La nueva apuesta de Serendipity Teatro se aleja al máximo de la comedia pues su argumento gira en torno a la desaparición de Julia, una adolescente cuyos padres adoran. La compañía, sin perder su seña de identidad basada en la naturalidad de cada escena, nos lleva a descubrir al mismo tiempo que Mario y Sandra (sus padres), que Julia no está en casa, no ha vuelto de la fiesta: ha desaparecido. Desde ese preciso momento comienza una carrera contra la angustia, las horas, la incertidumbre y las opiniones del resto del mundo dispuesto a juzgar a sus semejantes; una carrera en la que esos padres intentarán vencer a toda costa.
Julia no está pero Julia, al mismo tiempo, es la protagonista de esta trágica historia… Alternando escenas del presente y del pasado, iremos conociendo a esta quinceañera con sus sueños, ilusiones, anhelos, problemas… y la relación con sus padres cargada de cariño pero también de miedos y reproches. Como cualquier familia, cenando, viendo la tele, estudiando, planeando las vacaciones… Un pasado que puede parecer insulso y rutinario en nuestras cómodas vidas pero que puede llegar a destrozarse y perderse en cualquier momento.
Esta es la historia, la de Julia y su huella en Mario y Sandra pero también en el espectador que los irá conociendo minuto a minuto y que tendrá que asistir ineludiblemente a la tragedia: su desaparición.
Serendipity Teatro apuesta por esta obra porque «puede pasarnos a todos», porque desgraciadamente está pasando hoy, ahora y porque la amenidad con que asistimos a noticias similares en televisión nos hace distanciarnos demasiado y no ser conscientes de lo que realmente sucede a nuestro alrededor.
No pierden tampoco su apuesta por realizar crítica social presente en todas sus producciones y cargan muy directamente contra medios de comunicación, contra la búsqueda y explotación de cualquier suceso solo por la morbosidad y la ‘deshumanización’ actual; pero también, duramente, contra la escasez de condenas acordes a los delitos cometidos utilizando referencias de casos reales que no debemos olvidar.