Este cabaret-musical esconde tras su largo título una idea muy sencilla: la vida hay que vivirla con intensidad y sin remordimientos. Esta máxima parece obvia, pero es lo más difícil de conseguir y el trabajo más arduo que jamás llevaremos a cabo. En la vorágine del día a día, tendemos a olvidar o pasar por alto lo que realmente es importante y lo que, con toda seguridad, será lo único que permanezca con nosotros hasta nuestro último aliento, el amor; el amor que otros han depositado en nosotros y el amor que nosotros hemos sido capaces de irradiar en los demás.