Por Sergio Díaz
Fotos: David Ruano
Cuando empecé a escribir sobre teatro allá por el lejano 2003, era imposible encontrar adaptaciones teatrales de obras escritas por Buero Vallejo. Los dramaturgos de mediados del XX, los que convivieron con la dictadura, estaban sumidos en el más absoluto de los olvidos. Hoy, poco a poco, ese manto de silencio que les cubre se va retirando y podemos hacer algo de justicia poética con ellos y ellas, que tan interesantes visiones tenían sobre la condición humana.
Este maravilloso proyecto que es La Joven Compañía, que tanto está haciendo por acercar el teatro a nuevos públicos (los adolescentes, otros grandes olvidados del teatro), vuelve a representar En la Fundación, una versión de Irma Correa, dirigida por José Luis Arellano sobre el texto original de Buero Vallejo, La fundación, escrita y estrenada en 1974, en los últimos años de la dictadura franquista. Esta obra es una inquietante fábula en la que cinco personajes luchan por defender su libertad en un mundo de extrañeza, brutalidad y muerte. Como suele suceder en la obra de Buero Vallejo la lucha de los hombres contra sus limitaciones para conseguir la libertad nos enfrenta a nosotros mismo con ese mismo reto, el reto de ser libres, de poder salvar los muros de injusticia que nos aprisionan. Pero también es una muestra de lo frágil que puede ser la línea entre la locura y la cordura. Un texto absolutamente moderno, tal y como era la mirada de un dramaturgo que está tratando de saltar los muros que por tan largo tiempo le han condenado.
Galardonada con importantes premios como el Ojo Crítico, La Joven Compañía es uno de los proyectos más emocionantes surgidos en la última década en nuestro país. En esta formación se dan la mano jóvenes profesionales de hasta 27 años con artistas veteranos de todos los departamentos creativos para que los primeros puedan acceder a la profesión de forma integral desde dentro.