Mattatore es un retrato de la soledad de los grandes artistas; ‘grandes’, no por sus logros, sino por representar a toda la raza humana, a cada individuo de este mundo, que lucha a diario por descifrar la vida que le han dado y que a menudo carece de sentido por el doble plano en el que debe vivirla: el absurdo contraste entre la personalidad íntima y esa máscara pública que parece necesaria y proporciona valor para subsistir en sociedad. La vida del Actor lleva implícito este conflicto, pero elevado a la enésima potencia, pues así como en el teatro se condensa la vida en un segundo, el Artista recoge y concentra en si mismo un pedacito de cada individuo de este planeta, de su naturaleza más pura; de esa esencia que nos hace a todos iguales, independientemente de la ‘máscara’ que utilicemos.
Vittorio Gassman (Genova, 1922-Roma 2000), actor, escritor y director italiano, y personaje único de esta historia, revela, pues, esa pérdida de identidad que nos hace miserables y envenena nuestras almas, llenándolas de mentira, vicios y enfermedades. La obra es un viaje por el alma de este personaje que, teniendo como punto de partida la depresión, transitará en un flashback a través de su propio Infierno, Purgatorio y Paraíso, en busca de esa identidad perdida. En él, deberá mirar a la cara a su verdad, oculta tras el maquillaje, las botellas y las faldas; cálido refugio en el que tratar de dar la espalda a su fragilidad y al inexorable paso del tiempo.
Vittorio Gassman nos mostrará cómo pasó su vida defendiendo a ultranza el Arte y la figura del Actor (y del Artista) como elementos indispensables para la sociedad, criticando duramente los puntos negros del mundo artístico, acallando también continuas críticas hacia él y buscando, a su vez, la redención de la culpa por los ‘pecados’ cometidos en el ejercicio de su amada profesión; una profesión necesaria como refugio de huida del vacío y de la soledad crónica: la suya y la de todo ser humano.