Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería dulce o salada? Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los brazos. ¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento. Tan solo querían probar un pedacito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla. Entonces, la tortuga tuvo una genial idea… «Si te subes a mi espalda, tal vez lleguemos a la luna», le dijo al elefante. Y así empezó esta enorme torre de animales, con la tortuga, el elefante, la jirafa, la cebra, el león, el zorro, el mono y el ratón, unos sobre otros, intentando alcanzar la luna… ¿Lo lograrán?
Una preciosa fábula que nos enseña la importancia de la cooperación para lograr un objetivo común, sin importar cómo es cada uno. Ven con Penélope la cuentacuentos y las simpáticas marionetas a descubrir que sabor tiene la luna.