El teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa inaugura su programación de otoño con una propuesta integral en torno al Día de Todos los Santos y el Día de Difuntos, articulada en tres pilares que dialogan entre sí: el estreno absoluto de Más allá de esta vida -del 28 de octubre al 16 de noviembre-, una reinterpretación contemporánea del universo de Gustavo Adolfo Bécquer; el regreso escénico de Don Juan Tenorio, de José Zorrilla -31 de octubre, 1 y 2 de noviembre-; y la instalación del tradicional Altar de Muertos -del 27 de octubre al 16 de noviembre-, dedicado este año a los Derechos Humanos. El conjunto conforma una apuesta escénica y cultural que reivindica las raíces, la memoria y los grandes mitos que han configurado el imaginario colectivo español e iberoamericano.
Un cuento musical de terror y amor
En palabras de Débora Izaquirre, creadora de Más allá de esta vida, este espectáculo es “un cuento musical de terror y amor”. Izaguirre -que debuta como dramaturga y directora de escena tras su trayectoria como intérprete- imagina los últimos días del poeta sevillano a partir de sus leyendas más célebres, Los ojos verdes y El monte de las ánimas, entrelazadas con fragmentos de sus Rimas y de cartas como Cartas desde mi celda y Cartas literarias a una mujer. El resultado es una propuesta escénica que oscila entre lo biográfico y lo fantástico, donde los recuerdos, las mujeres amadas y los fantasmas interiores de Bécquer se funden con la música en directo —interpretada al violín por el propio Álvaro Alvarado— para construir un viaje poético que explora la herida, el deseo y la muerte. Junto a Alvarado, completan el reparto Fran Pineda y Zuria Gómez, en un montaje que apuesta por la intimidad y la atmósfera onírica. “Bécquer sigue hablándonos hoy -afirma Izaguirre- porque sus grandes temas, el amor, la muerte, el miedo, la belleza o el deseo de trascendencia, son eternos”.
El retorno del Tenorio
El estreno de Más allá de esta vida se enmarca en un proyecto más amplio del Fernán Gómez que vincula las artes escénicas con el imaginario de la muerte y la memoria. Tras recuperar el año pasado el clásico Don Juan Tenorio, que volvió a los escenarios madrileños después de dos décadas de ausencia con una lectura dramatizada, el teatro intenta consolidar una tradición de 181 años, desde su estreno en 1844 en el Teatro de la Cruz.
El director Jesús Cracio, que participó como figurante en este título en 1972, vuelve a encontrarse con el más que cuestionable personaje de Zorrilla medio siglo después, en una propuesta que según explica va «a presentar una puesta en escena nueva y experimental donde la tecnología nos permite mirar hacia atrás uniendo el hoy y el ayer, aprovechando también para homenajear a una generación de intérpretes que nos hicieron soñar con el teatro».
La lectura de este año cuenta con un reparto en el que encontramos a Iker Lastra, Samuel Viyuela González, José Antonio Sayagués, Miguel Foronda, José Luis Serrano, Rafa Castejón, David Soto, Alberto Barahona, Samuel Buitrago, Marta Buqué, Patri Caso, Lucía Madrigal, Cristina Adúa, Verónika Moral, María José Goyanes, María Ramos, Juan Gea y Ramón Langa.
Un altar para la memoria colectiva
Completando la programación, el Fernán Gómez instala su tradicional Altar de Muertos, de inspiración mexicana, que este año lleva por título Luto por la humanidad. La propuesta rinde homenaje colectivo a los defensores de los derechos humanos a lo largo de la historia, especialmente a aquellos que han perdido la vida en el último año. Más que una pieza ornamental, el altar se plantea como un acto de conciencia y una invitación a la reflexión sobre la dignidad, la justicia y la fragilidad de las libertades en el contexto global.
El Altar se acompaña de talleres didácticos dirigidos a públicos familiares, donde se explorará el significado de esta tradición y se realizarán actividades de creación de marionetas y calaveritas. La instalación se integra dentro del lema de temporada del teatro: “una vuelta a las raíces y a las huellas”, que busca conectar el patrimonio cultural con los desafíos contemporáneos.
Lejos de tratarse de tres propuestas aisladas, la programación del Fernán Gómez para estas fechas construye un relato unificado sobre la identidad, el mito y la memoria. Bécquer, Don Juan y el altar representan tres formas de abordar el misterio de la vida y la muerte: desde la poesía y el sentimiento, desde el drama y la tradición, y desde el rito y la comunidad.