Anna Borràs: "Boreali nace a partir de las ganas y el sueño desde pequeña de querer vivir en los países del norte"
Nacida en Reus en 1989, Anna Borràs reside en Malmö (Suecia) desde 2016. En el país nórdico trabaja para su propia compañía y para otras agrupaciones, se siente arropada y desarrolla una intensa actividad dancística. También el país nórdico y uno de los fenómenos más atrayentes del Ártico, las auroras boreales, inspiran el montaje que mostrará en la Sala Negra de los Teatros del Canal los próximos 16 y 17 de octubre.
Se llama Boreali y además de danza este nuevo trabajo de Borràs incluye proyecciones, luces, música en directo y toda una instalación inmersiva en la que se persigue que el público, más que observar la danza, la experimente en primera persona de manera directa y cercana. Lo de trabajar con los espectadores bien presentes es algo que Borràs ya probó en un montaje anterior, Cairo. También su interés por la creación del universo lo exploró en Black Spot, una pieza de 2015 que interpretaba junto a la bailarina Carmen Macías en la que se adentraban, a través de esa danza física y explosiva que define su lenguaje, en las fuerzas físicas del cosmos.
“Boreali nace a partir de las ganas y el sueño desde pequeña de querer vivir en los países del norte. Estaba fascinada por la astrología, los fenómenos naturales y los contrastes en la climatología del norte. Esos paisajes blancos, las tormentas de nieve, las auroras boreales… cielos completamente oscuros que permiten ver las estrellas con todo su esplendor. Atmósferas que al contemplarlas y sobre todo vivirlas, una se queda sin aliento. Y sobre el fenómeno atmosférico de la aurora boreal llevaba años queriendo saber más. Conocer su orígen, el cómo y el porqué se crean. Su viaje desde el sol hasta la tierra para acabar danzando en forma de serpiente y con distintos colores en las noches oscuras”.
¿Cuándo y de qué manera se inició su relación con Suecia?
Fue en 2013 con pequeñas visitas al país. En ellas empecé una relación cercana con la compañía de danza contemporánea Skånes Dansteater, tomando clases e involucrándome en sus ensayos. Ya en 2016 me trasladé a Malmö y entré a formar parte como bailarina de la Skanes Dansteater después de pasar una audición. En esta agrupación estuve hasta 2021 y a partir de entonces retomé mi carrera como bailarina independiente. Trabajo por todo el país, pero tengo mi base y casa en Malmö.
La danza en Suecia ocupa un lugar muy diferente al que ocupa la danza en España. Allí se la tiene en cuenta de varios modos. Incluso es habitual ver en la televisión pública coreografías enteras de Ekman, por ejemplo. ¿Qué exportaría de su manera de hacer con la danza a este país? O mejor dicho, ¿qué señalaría para que quienes pueden apoyar la danza desde lo público lo hiceran?
Es difícil elegir algo en concreto porque se trata de una actitud que forma parte de la sociedad. Gran parte de la ciudadanía consume danza regularmente y muestran gran interés en ella porque desde pequeños son expuestos a danza directamente en las escuelas, forma parte de su educación. Esto promueve valores y estimula áreas que quizás no se tocan tanto en el día a día de otros colegios. Valores terapéuticos, creativos, de atención, que luego se llevan a casa e incluso les ayuda ralentizar un poco el ritmo de vida, saliendo de su rutina diaria. Si tuviera que escoger algo, sería eso, insistir al gobierno para que invirtiera más recursos en acercar aún mas la danza a los más pequeños en las escuelas.
Graduada en danza contemporánea por el Institut del Teatre, Anna Borràs también ha desarrollado una fructífera trayectoria junto a coreógrafos como el sueco Alexander Ekman y Akram Khan. De todos ellos afirma haberse nutrido en calidades y texturas que conforman su personal lenguaje. “De cada uno guardo su energía, su espíritu, la calidad de los movimientos y la inspiración. Su motivación y el entenderla es lo que marca la diferencia para mí a la hora de poder entrar en sus mundos. Todos ellos han sido una inspiración para mí, he podido llenarme de sus mejores partes, para luego integrarlas a mi manera de ser y a mis tendencias. Lo más bonito es poder usar todo ese conocimiento para crear y también influir e inspirar, en mayor o menor medida, a otras generaciones”.
Boreali es un solo, pero al mismo tiempo y por la importancia de elementos como la luz y la música/sonido, las proyecciones… se recibe casi como un trabajo coral e inmersivo. ¿Tuvo claro desde un inicio este formato?
Sí. Desde el primer instante tenía claro que mi cuerpo sería solo una parte de ese solo. Tenía en mente compartir protagonismo con las visuales, el sonido, las luces, la escenografía e incluso con el público. Desde el principio mi objetivo ha sido el de construir un viaje inmersivo en el que el público pudiera vivir este fenómeno con los cinco sentidos. Acercándoles la experiencia real lo máximo posible.
¿Y cómo ha resultado el trabajo de creación colectivo? ¿En conjunto desde el principio o se encontraron en algún punto del proceso?
El trabajo de creación artística se inició en una residencia durante tres meses en un pueblecito sueco al norte de Suecia al borde del circulo polar ártico. Allí, durante el crudo invierno a temperaturas extremas, de -45 grados, pude observar todos esos fenómenos en su esplendor. Y me llené de inspiración para definir mi idea artística original. Partiendo de esa guía, se inició un proceso de investigación de movimiento junto con Kirstine Ilum al mismo tiempo que se creó la música junto al compositor y músico Vincenzo Lamagna con la colaboración de Bora Ju, compositora y músico surcoreana. A continuación, empezó el diseño del vestuario con Åsa Gjerstad y finalmente conocí a Gerardo Salas, que en la ficha artística reza como arte visual, cronista sensorial y diseño de iluminación). Fue entonces, en el último mes, cuando empezamos a hablar de mi visión artística sobre el proyecto, a desarrollar ideas, compartir fotos y vídeos capturados durante esos meses, y la historia de la formación de las auroras. El objetivo era el de conseguir integrar todo eso a través de las visuales: proyecciones, mapping, luces e el diseño de composición escenográfica). Todo este intercambio de ideas nos llevó a definir los requisitos técnicos como la cantidad de proyectores, la estructura y la escenografía en general. A partir de aquí ya solo quedaba la creación de las visuales que, a través de constantes conversaciones y junto con pruebas técnicas acabamos de darle la forma actual.

En este espectáculo también trabaja una relación entre las auroras boreales y la música tradicional coreana…
En el año 2023 tuve un proyecto en Seúl que combinaba danza y música tradicional coreana. Por otro lado, el yoik es una música tradicional de una comunidad endémica llamada Sápmni que habita en el norte de los países escandinavos y parte de Rusia. Curiosamente la característica principal del yoik son sus cantos vocales y de ahí surgió la idea de versionar esta música tradicional desdel punto de vista de una artista surcoreana. Además la pieza contiene una sección inspirada en los impactos violentos de las partículas solares contra la atmósfera terrestre. En ella, los movimientos son muy físicos y me hizo relacionarlo con los guerreros coreanos, los suwon. Lo que me llevó a investigar más sobre ellos e incrementó mis ganas de trabajar junto con el músico Bora Ju.
¿Cuáles han sido sus experiencias personales con las auroras boreales?
Una noche estaba durmiendo y me llamaron al teléfono los otros compañeros de residencia. Me alertaron sobre la presencia de las auroras. Salimos corriendo en medio de la noche para verlas. Estábamos en medio de un lago congelado a -34 grados y después de esperar una hora solo vimos una franja muy sutil en la lejanía. Los demás decidieron irse, pero yo me quedé un rato más y, entonces, una serpiente muy rápida, gruesa y de un color verde vivo, apareció en el cielo por unos segundos. Con eso entendí que la mágica llega con paciencia y perseverancia en medio de la adversidad. Algo que podemos apreciar en la creación de las propias auroras y lo que intento reflejar en Boreali. Las auroras boreales producen colores que podemos ver y sonidos que no podemos escuchar, y con respecto a esto, una anécdota divertida que me viene a la mente, fue un experimento que un compañero de residencia hizo para poder capturar esos sonidos que emiten las auroras.
Con la ayuda de un hula hoop y una grabadora, mi compañero se sacó de la manga un micrófono que logró capturarlos. Una idea que nos hizo reír un rato y a la vez nos impresionó por sus resultados. De ahí podemos decir que conseguimos escuchar a las auroras boreales.
¿Qué diría que ha descubierto de sí misma con esta creación?
Por ejemplo, he descubierto que para piezas tan físicas y largas uno tiene que tener en consideración el descanso y la buena alimentación para poder llegar con mucha energía y fortaleza a todos esos estados por los que se pasa en Boreali. Es algo que todos sabemos y puede parecer evidente, pero cuando inviertes tiempo en planificar los horarios priorizando el descanso, y pones atención a los alimentos para cubrir las necesidades específicas de tu cuerpo, realmente notas una gran mejora en el bienestar incluyendo la claridad mental. En los largos días oscuros invernales del norte, el tiempo parece que vaya más despacio y te da para pensar en estas cosas. Me ayudó a hacer una profunda investigación para mejorarme como artista y persona e ir a mis máximos. También he recordado lo importante que es estar rodeada de gente que comparte una visión artística similar. Es una ayuda enorme contar con un equipo realmente comprometido en el desarrollo de la producción.