La nobleza del hombre está íntimamente unida a su bajeza, esta es la moraleja de Medida por medida.
La función expone las contradicciones morales del ser humano, especialmente en relación con la justicia, el poder, la ética y la sexualidad. La puesta en escena se apoya en el humor físico y poético para abordar temas densos como el abuso de poder, el juicio moral y la corrupción institucional, mostrando cómo la nobleza y la bajeza humana conviven en tensión constante.
Su argumento narra cómo el duque de Viena, Vicencio, decide ausentarse temporalmente del gobierno y deja el poder a su severo y aparentemente incorruptible segundo, Angelo. Este, al asumir el mando, comienza a aplicar con dureza leyes que estaban en desuso, especialmente las relacionadas con la moral sexual.
Uno de los primeros castigados es Claudio, un joven que ha dejado embarazada a su prometida Julieta antes del matrimonio. Angelo lo condena a muerte para dar ejemplo. La hermana de Claudio, Isabela, una novicia, suplica por la vida de su hermano. Angelo, hipócritamente, le propone un trato inmoral: perdonará a Claudio si ella accede a acostarse con él.
Además, se vincula la pieza con la actualidad mediante la cultura de la culpa y el discurso políticamente correcto, planteando preguntas sobre el uso de la ley, el rigor, la compasión y la responsabilidad personal. A ello se une que la figura femenina se convierte en un eje central para abordar la manipulación política y sexual. Sin ofrecer respuestas cerradas, la producción deja al espectador con interrogantes abiertos sobre la condición humana, revelando lo trágico de nuestras contradicciones éticas y sociales.


