Un Dios Salvaje, de Yasmina Reza, se estrenó en diciembre del 2006 en Zurich. Posteriormente se realizan los montajes en el Teatro Antoine de Paris, en enero de 2008, dirigido por la propia autora y con Isabelle Huppert en el personaje de Veronique, y en marzo de 2008 el Teatro Gielgud de Londres, con un reparto encabezado por Ralph Fiennes.
Ese mismo año, esta productora llevó a cabo la primera versión española de la obra, con un montaje protagonizado por Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón, que cosechó un gran éxito de crítica y público.
Ahora llega esta versión de Jordi Galcerán interpretada por Luis Merlo, Natalia Millán, Juanan Lumbreras y Clara Sanchis. Un texto cómico exquisito con un sencillo argumento disecciona una sátira de la sociedad contemporánea con mucho sentido del humor, la pareja, la educación y la competitividad.
Dos parejas se reúnen. El hijo de una de ellas, de tan solo nueve años, ha golpeado al de la otra en un parque. Deciden quedar para arreglar el asunto de la forma más cívica posible. Benévolos y conciliadores mantienen un discurso común de tolerancia y comprensión. Con la misma sutileza con la que se comienza su conversación, se va iniciando un cambio de actitud entre ellos. Ese ligero cambio lleva a otro un poco mayor hasta desembocar en un enfrentamiento abierto que deja de lado cualquier civismo. Ambas parejas defienden su territorio hasta que la lucha comienza entre ellos mismos. Todos contra todos.
Es el momento en el que surge, de dentro de cada uno de esos personajes, ese Dios Salvaje que se revela contra la insatisfacción en sus vidas.
Reza ha escrito una profunda tragedia cuyas situaciones, tan extremas como reales, las convierten en una desternillante comedia. Eso sí, dejando intacto el mensaje sobre la complejidad en las relaciones humanas.





