Fotos: Mario Zamora
Emma es actriz. Está en escena actuando el papel protagonista de La gaviota. Va muy drogada. “A mí habría que matarme” dice. Porque lo pone el texto, pero también porque lo piensa. Y unos instantes después, colapsa. Emma, Nina y todo.
Ahí empezará su viaje hacia la recuperación. Ahí empieza Personas, lugares y cosas.
Los días en la clínica de desintoxicación junto al grupo de profesionales y pacientes serán el marco en el que Duncan Macmillan desplegará este viaje hacia el corazón del trauma, en la búsqueda por sanar la herida.
¿Cómo volver a estar aquí, después de tanto querer irse?
En la obra no hay certezas pero sí un acción sostenida: la de escuchar. Escuchar a los otros, dejar de mirarse por un rato. Y así, verse mejor. Saberse parte de un grupo que conoce tanto del placer como del sufrimiento. “Estoy aquí. Estás aquí. Estamos aquí” dice Emma. Y algo del dolor se calma al saberse cerca.
Pablo Messiez adapta la obra del dramaturgo británico Duncan Macmillan, donde se vislumbra un viaje emocional y físico hacia la recuperación, en el que el dolor, la responsabilidad y el deseo de sanar conviven constantemente.
Conocido por otros espectáculos como La verbena de la paloma, Los días felices o La voluntad de creer, Messiez propone una puesta en escena mediante una inmersión sensorial en la subjetividad de Emma, una actriz que colapsa durante una función de La gaviota mientras está bajo los efectos de las drogas.
Este desvanecimiento marca el inicio de su proceso de desintoxicación en una clínica, donde se enfrenta no solo a su adicción, sino también a sus traumas, las heridas del pasado y la necesidad de reconstruirse. Así, se brinda una producción dramatúrgica que sumerge al público en la percepción alterada y vulnerable de Emma.
Pero el montaje no juzga ni simplifica la experiencia de la adicción, ya que plantea preguntas sobre cómo gestionamos el dolor, el placer y el deseo de vivir. Con referencias a la tragedia griega, el teatro como metáfora de la existencia y un enfoque ético más que moralista, la obra apuesta por la escucha, el acompañamiento y la posibilidad de elegir la vida, aún en medio del caos.





