Fotos: Pierre Gondard
En la Jamaica de los 60, bajo el impulso del reggae, emergió el dub, una versión electrónica del sonido que universalizó Bob Marley y que se nutre de préstamos y citas musicales. A esta idea de apropiación se refiere el coreógrafo y bailarín franco-senegalés Amala Dianor como motor de su espectáculo DUB. Dianor, que se inició en el hiphop, se formó con grandes coreógrafos contemporáneos (Georges Momboye, Françoise y Dominique Dupuy, Emanuel Gat) y durante una década ha difundido en los escenarios una refinada versión del hiphop en piezas como Point Zero o Siguifin, en la que apoya además la creatividad de artistas radicados en África Occidental.
DUB es la culminación de un proceso que arrancó en 2018 y se nutrió de experiencias y conocimientos recibidos en giras internacionales y residencias. India, Brasil, Senegal, Sudáfrica fueron algunos de los destinos de Dianor. En otro viaje a Estados Unidos, exploró espacios underground y acudió a fiestas callejeras, y de una inmersión en las redes sociales tomó nota de vídeos que difundían nuevos bailes urbanos.
Bien pertrechado de este amplio bagaje, Dianor seleccionó a los once bailarines que integran el elenco de DUB. Debían dominar nuevos bailes urbanos como el voguing, la pantsula, el krump, el waacking y el hiphop de nuevo estilo. Y esto es lo que encontramos en la pieza, una pista de baile donde se expresa el hiphop global. En dúos, en tríos, individualmente o en grupo, en pequeñas habitaciones dispuestas en el escenario como si compusieran un bloque de apartamentos que reciben la luz de neones. Con una energía desbordante, DUB homenajea a la danza urbana e incita a sus espectadores a sumarse a una fiesta vibrante.



