El carnaval no es alegre se presenta como un concierto sin instrumentos y sin talento musical porque eso no es lo importante aquí. Sostenida por una playlist, Natalia Fernandes nos hará viajar bailando y cantando por territorios imaginados de un Brasil muy personal, el suyo, donde no faltará la mirada irónica al funk, la samba o al twerking más desenfadado. Un espectáculo en el que un cuerpo migrante busca resignificar la idea de hogar.
Y tras el concierto, DJ Cigarra moverá el suelo que pisamos para que vibremos y, por supuesto, para que movamos el culo. ¿De verdad pensaban que no iba a mover mi culo?