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La combinación perfecta de humor y destreza musical

“Si logramos unir emoción y risa, ya es algo muy grande”

Yllana no es como el turrón, no regresa por Navidad, su presencia en la cartelera es constante y con numerosas obras, sin embargo, este hecho no le resta puntos para que montajes como el que nos ocupa, Maestrissimo, se convierta en un regalo perfecto para el disfrute de toda la familia por estas fechas. Hablamos con David Ottone que dirige, junto a Juan Ramos, esta divertidísima propuesta mitad concierto de cámara, mitad comedia satírica, que podremos ver en el Teatro Infanta Isabel.

 

Foto destacada: Loren Martín.

Maestrissimo, PaGAGnini, The Royal Gag Orchestra o The Opera Locos. ¿Qué tiene la música clásica que atrae tanto a Yllana?

Es un arte que mueve muchos sentimientos y emociones y nos permite jugar mucho para generar comedia. Abrimos este camino hace tiempo con el primer espectáculo que hicimos: Rock & Clown (2000). En él se fusionaba la música rock con la comedia y desde entonces vimos las múltiples posibilidades que nos daba esta mezcla. Se generaban un montón de situaciones divertidísimas al combinarlo con nuestra comedia gestual y tenía el añadido de poder montar obras con músicos que tocaran en directo. Luego llegó PaGAGnini, que produjimos y creamos con Ara Malikian, y miramos hacia la música clásica con la idea de acercarla a un público que normalmente no se acercaría a ella. Fue un exitazo nacional e internacional, así que decidimos hacer una segunda parte, Maestrissimo, y luego ya llegaron los demás espectáculos que mencionas. Y podríamos seguir explorando posibilidades porque el campo de la música clásica es inmenso.

 

¿Es Maestrissimo una segunda parte de lo presentado en PaGAGnini o más una continuación en espíritu?

Es en espíritu, no son los mismos personajes, ni la misma época, pero sí se repiten ciertos elementos como que son un cuarteto de cuerda. Luego hemos jugado y explorado con otros caminos y sonoridades, y a los tres violines y el chelo hemos añadido una pianola que nos aporta cosas diferentes. Además, en Maestrissimo hay una pequeña historia, hemos querido ir más allá y profundizar en los personajes creando una trama súper divertida y al mismo tiempo muy bonita y aleccionadora.

 

De los cinco miembros de Yllana, ¿alguno tenéis formación en música clásica?

No, la verdad que no. Lo que sí que tenemos es una gran sensibilidad hacia la música en general y lo que hacemos es verla como vemos la realidad, desde un prisma muy particular, el de Yllana. Bajo ese prisma casi todo nos parece que puede ser muy divertido o por lo menos que tiene mucho potencial para lo que hacemos. Creo que el carácter de un artista es donde pone su mirada, es lo que le diferencia, lo que le da su personalidad. En ese sentido, nosotros evidentemente miramos desde otro sitio, con otra perspectiva y es lo que nos hace diferentes a otras compañías. Así hemos afrontado cada uno de nuestros espectáculos durante los 34 años que llevamos trabajando juntos.

 

La combinación perfecta de humor y destreza musical en Madrid
Foto: Juan Manuel Serrano Arce.

 

¿En la longevidad de la compañía ha sido importante tener la libertad para que cada uno pueda crear espectáculos por separado?

Somos cinco socios y cuatro somos muy creativos. Es importante tener ese espacio para poder generar cosas proyectos personales, pero siempre bajo el nombre y el sello de la compañía Yllana. Es algo que siempre hemos considerado fundamental porque ha sido lo que nos ha permitido crecer individualmente y luego volver a juntarnos para aportar cosas nuevas. Lo increíble es que todos los espectáculos que realizamos por separado también son reconocibles como Yllana, tenemos el ADN de la compañía absolutamente integrado en nuestro ser, aunque luego cada uno tenga su personalidad y su forma de hacer las cosas de manera diferente.

 

¿Cuándo dirigís juntos, por ejemplo en este caso, Juan y tú, hay alguna separación de funciones en el proceso de creación?

Realmente no. Nos dedicamos a generar ideas y hay un día que uno está más brillante y, otro día, el otro o los dos. También es una cuestión de química, hace tantos años que nos conocemos que vamos juntos con todo. El proceso siempre es el mismo, llegamos con muchas ideas a los ensayos y con mucho bagaje, ya que dependiendo del tema, lees diversas cosas y recopilas información que crees que puede aportar. Luego creamos en colaboración con el elenco que estemos trabajando, explorando la música, las situaciones, los personajes y ahí va surgiendo el espectáculo.

 

En espectáculos como Maestrissimo, en los que hay que trabajar tanto el aspecto musical, ¿el proceso de creación se alarga?

Se alarga en el sentido que primero debes decidir qué haces con la música. Me acuerdo que montamos durante semanas un número con música de Mendelssohn maravilloso, pensábamos que iba a ser el gran número y, de repente, pues no nos encajaba en lo que queríamos y tuvimos que desecharlo. Preparando esta producción estuvimos alrededor de ocho o diez meses, no de trabajo seguido durante ocho horas, cinco días a la semana, sino teniendo reuniones y aportando ideas los primeros meses y luego ya los dos últimos es cuando entramos en la sala de ensayos de manera intensiva.

 

La combinación perfecta de humor y destreza musical en Madrid
Foto: Juan Manuel Serrano Arce.

 

¿El espectáculo se crea adaptado al elenco con el que contáis?

Absolutamente. En Maestrissimo, contamos con unos maravillosos músicos de formación clásica a los que tienes que escuchar porque te van sugiriendo cosas, aconsejando, mostrándote lo que se puede, o no, hacer con los instrumentos… La suerte es que la mayoría ya había trabajado con nosotros en PaGAGnini y ya son como de la familia y el entendimiento es total. Nos gusta funcionar de esa manera, repetir colaboraciones con las mismas personas porque genera una conexión muy especial.

 

¿La creación de cada personaje se adapta a cada músico?

Se crea junto a ellos. Hay que tener en cuenta que cuando empezaron con nosotros eran unos brillantes músicos, pero no tenían experiencia en el mundo de la actuación y menos en la actuación cómica gestual. Entonces, en ese sentido, lo primero que haces es realizar casi un workshop específico de nuestro lenguaje. Les enseñas trucos que desde Yllana llevamos años cultivando y los van incorporando a las interpretaciones musicales, porque no solo tienen que hacer el gag, si no que tienen que poder seguir manteniendo el alto nivel de ejecución musical. Ahí radica el éxito de estas producciones.

 

En la comedia, ¿es tan importante el gag como dejarlo respirar después?

La comedia es ‘timing’ y, por tanto, tener todo medido es fundamental. Lo bueno es que es algo que también tiene a su manera la música, que se rige por tiempos y eso permite que los músicos entiendan muy bien de qué hablamos y haya un rápido entendimiento.

 

Vamos a poder disfrutar de muchas piezas clásicas, pero hay muchas sorpresas durante la función con temas muy populares.

Hay muchos momentos en que se mezclan piezas clásicas con canciones muy conocidas. Por ejemplo, cuando están interpretando a Bach y va transformándose en Yesterday de los Beatles. Hay mucha fusión porque vamos enseñando cómo la música clásica ha influido de gran manera en la música moderna y en la función te das cuenta de donde vienen muchos éxitos. Hay una mirada al pasado y cómo este afecta a lo moderno, y esto crea situaciones muy cómicas constantemente que hace que la gente se ría.

 

La combinación perfecta de humor y destreza musical en Madrid
Foto: Juan Manuel Serrano Arce.

 

Tras el humor, ¿qué temas aborda la obra?

Al final tratamos de montar una historia y queremos que llegue al público y que, junto a los personajes, consiga emocionar. Aquí hay un tema principal, que es hablar del talento, y también hablar de las jerarquías que se establecen en un grupo musical. Estuvimos investigando la época del barroco y cuál era la realidad de los músicos en ese momento y nos dimos cuenta que tenían, básicamente, el mismo rango que los cocineros o los jardineros y que funcionaban con una jerarquía muy marcada. A nosotros esto nos daba mucho juego para crear situaciones con mucho potencial cómico. Veremos al que se considera un verdadero artista, al que manda, pero tiene envidia de otro… diversos rasgos de personalidad para dar forma a una historia que, además de divertir, conmueva. Si logramos unir la emoción y la risa, ya hemos conseguido algo muy grande.

 

Otra constante en vuestros montajes es la participación del público…

Aquí también sucede y de una manera bellísima, pero prefiero no desvelar mucho. Siempre buscamos fórmulas para poder implicar al público y romper la cuarta pared en cuanto sea posible, es otra de las claves de la compañía.

 

 

Maestrissimo es un ejemplo de los trabajos que realizáis para todos los públicos. ¿Seguiremos viendo también propuestas de Yllana para un público adulto, como 666?

Mantenemos activas diversas líneas en la compañía, entre ellas esas dos: una más familiar y una línea un poco más, llamémosle cañera, como con 666 o Broker, que son espectáculos más provocadores porque juegan con los límites de la comedia. Nos movemos muy cómodos por los dos mundos.

 

Este mes también estrenáis Salta conmigo, ¿qué nos puedes contar de ste proyecto?

Es un homenaje a la música pop española de los últimos 40 años con música en directo, es un viaje maravilloso y un espectáculo realmente sorprendente, inclasificable y muy, muy, muy participativo.

 

Toda la cartelera de obras de teatro de Madrid aquí

 

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