¿Y SI SEGUIMOS DE VERANEO?
Por José Antonio Alba
Me niego a caer en la romantización del final del verano. No vamos a negar que volver a la rutina es una mierda. Por mucho que nos empeñemos en decir que hay ganas de volver, del reencuentro, de regresar a la ‘normalidad’… Seamos sinceros, ¡a nadie le apetece! ¿Por qué ser normal? ¿Quién quiere rutina? ¿A quién le apetece la monotonía? A todos nos pide el cuerpo algo de emoción, de excitación, que nos sucedan cosas que nos modifiquen y nos generen sensación de plenitud, que nos saquen del estado de aletargamiento habitual y nos sacudan el gris de nuestra vida.
Aunque tampoco sirve de nada pelear como un gato panza arriba ante la evidencia, volver tenemos que volver, pero… ¿por qué no hacerlo intentando vivir en un veraneo contínuo; o al menos en la sensación positiva que lleva implícita la palabra ‘veraneo’?
Desde luego en Godot nos esforzamos por ello y buscamos el subidón de endorfinas con cada inicio de temporada desafiándonos a romper con la rutina, como muestra de esta filosofía, este año vamos a contar con nuevas firmas que nos acompañen, compañeras que sumen miradas, aportando frescura y nuevos puntos de vista a nuestra publicación. Además continuaremos explorando nuevos caminos digitales que irán llegando poco a poco, de momento, estad atentos y atentas a nuestro perfil de TikTok desde donde exploraremos el lado más lúdico de nuestras Artes Escénicas. Y por supuesto la nueva entrega de los Premios Godot, ya estamos trabajando en la tercera edición, ¡qué locura! Una nueva fiesta que refuerza nuestras ganas de seguir viviendo con este subidón del ‘veraneo’.
En el número 139 de la Revista Godot de septiembre de 2023, la obra Hechos y faltas dirigida por Bernabé Rico y el festival Imparables de Nave 73 ocupan, respectivamente, las portadas de la parte Godot y Godoff. Además, entrevistamos a Carme Portaceli, Lautaro Perotti y Claudio Tolcachir, Lluís Homar, Marilú Marini, Jorge Usón, Ángela Conde, Celia Bermejo y Caléndula. También traemos información sobre musicales y muchos estrenos y regresos de la cartelera madrileña.
VOLVER A ENAMORARSE
Por Sergio Díaz
Creo que todas las historias de amor merecen ser contadas. Sólo hay algunas que se comparten masivamente y perduran en el imaginario colectivo gracias a libros, películas u obras de teatro: Orgullo y Prejuicio, Los Puentes de Madison, Romeo y Julieta… por poner algunos ejemplos, y son pocas las que finalmente trascienden, pero cada persona que ha vivido la sensación mágica de conectar con otro ser humano a ese nivel tendría que poder compartir esa historia. Es algo tan maravilloso, único y excepcional que yo iría por las calles preguntando a personas ‘random’ (a lo Thais Villas) cómo sucedió, y me encantaría poder escribir sobre todas vuestras historias de amor. Sobre ese viaje a ciegas a Argentina sin saber qué te ibas a encontrar; sobre dos jóvenes de Segovia que se conocen por casualidad en Madrid; sobre cómo el amor surge tomando un café cada día a la hora del descanso; sobre ese concierto de Extremoduro en el que no hablasteis nada pero que os unió para siempre… sobre cualquier instante, por fugaz que sea, que haya propiciado algún momento bello. No pretendo hacer un alegato sobre el amor romántico tampoco, ni sobre la necesidad de tener pareja, ni nada por el estilo, es sólo una tonta reflexión sobre lo bonito que es recordar ese instante en el que de verdad sientes que merece la pena todo esto, cuando sientes que estás viviendo algo único, elegido y libre que recordarás toda la vida.
Podría empezar la temporada hablando de Rubiales, del bonito gobierno que se nos va a quedar, de la censura y cancela-ción de obras de teatro, de que en varias entrevistas que he hecho para este número queda patente el desencanto con esta profesión… No vamos a obviar ni a pasar por alto estos temas de aquí en adelante, seguiremos mostrando la vida y el teatro con sus luces y sus sombras, pero quería empezar de una forma más positiva, diciendo que este verano he disfrutado muchísimo viendo propuestas del Festival Essencia de Cuarta Pared y en el classicOFF de Nave 73. Tras mucho tiempo aletargado he vuelto a conectar con obras que me han removido por dentro, he vuelto a sentir esa pulsión magnética que lo arrastra todo. Me he vuelto a enamorar del Teatro (si es que alguna vez dejé de estarlo), y he recordado que disfrutar de esas mágicas sensaciones de sentirse pleno y dichoso por algo es por lo que merece la pena estar vivo.
