¿Quiénes sois Blanca Buetas Gistau, Andrea Borrallo Nieto y de dónde viene vuestro amor por las Artes Escénicas?
Eso nos preguntamos nosotras. De momento te podemos decir que somos dos chicas jóvenes de Monzón y Mérida respectivamente con impulso creativo que estamos aprendiendo a canalizar. Pero el punto de inflexión se dió llegando a Madrid ya que se nos abrió un mundo completamente nuevo.
Cómo decís, ninguna de vosotras es de Madrid. ¿Es muy difícil abrirse camino en este mundo desde la periferia?
Creemos que siempre es difícil, pero lo es aún más si la mayoría de oportunidades están concentradas en las grandes ciudades. Sí que ocurre que se llevan proyectos de manera puntual pero otra cosa es intentar desarrollarlo desde ahí y mantenerlo en el tiempo lo suficiente como para poder vivir únicamente de ello. Hay muchos proyectos interesantes que nacen en la red rural, hay escuelas, compañías, festivales, residencias… Cosas hay. Lo preocupante es ver cuántas de estas iniciativas sobreviven en el tiempo ya que el apoyo desde las políticas públicas es muy escaso. El público de la periferia también tiene sed de cultura, cuyo acceso, no nos olvidemos, es un derecho universal.
¿Y cómo está siendo ese camino de 6 años por nuestra ciudad? ¿Cuáles son las mayores dificultades a las que os enfrentáis para poder mostrar vuestro trabajo?
Aún no nos hemos cansado de esta ciudad. Cada día estamos más cómodas en ella. Pero sí es cierto que se junta el hecho de venir de fuera con las condiciones comunes de cualquier joven que quiere dedicarse a algo artístico. Si hablamos de cosas concretas, la falta de tiempo, de dinero y de un espacio para trabajar son las mayores dificultades para nosotras.
Ambas formáis Las Galerías. ¿Con qué objetivo nace vuestro colectivo y qué tipo de montajes queréis llevar a cabo?
Las Galerías nace con la intención de contribuir aunque sea en el mínimo porcentaje en el tejido cultural de esta ciudad. Nuestra meta a largo plazo sería formar parte de la vida cultural cotidiana de nuestras regiones con una proyección más nacional. Poder desarrollar el trabajo que queremos desde ahí. Como hemos dicho antes, sabemos que puede ser complicado pero si hay gente que lo hace, ¿Por qué no vamos a poder nosotras?
Con referencia al tipo de montaje, aún estamos buscando. Esto primero que presentamos está muy ligado al texto pero ya estamos en marcha con otro proceso de investigación en el que el texto pasa a un segundo plano. En este, el movimiento o el sonido son quizás más protagonistas. No es algo que hayamos planeado, simplemente está surgiendo así del propio proceso de investigación.
Y por eso nos brindáis la oportunidad de conocer el trabajode Tove Ditlevsen. ¿Cómo llegáis hasta la escritora danesa?
Todos sabemos los problemas con las redes sociales pero en nuestro caso esta obra existe gracias a que un día se cruzó por casualidad un fragmento de uno de sus textos en Instagram. Fue una maravilla leerlo y su escritura despertó muchas cosas, lo que hizo que impulsivamente buscáramos su obra traducida al castellano, que son los textos recogidos en Trilogía de Copenhague, el volumen que recoge los tres libros fundamentales de Tove (Infancia, Juventud y Dependencia) en la que se basa nuestra pieza.
Se ha definido la escritura de Tove Ditlevsen como original, auténtica, irónica, dolorosamente honesta… ¿Qué os ha provocado a vosotras al leerla?
Los textos de Trilogía de Copenhague están llenos de vida, Ditlevsen es una escritora muy lúcida. Hemos encontrado una sinceridad y una sensibilidad exquisita en su obra. Su lenguaje es precioso y a la vez tan directo y cercano que una se siente muy próxima a ella al leerla.
¿Y cómo habéis elaborado la propuesta escénica? Porque no es una obra de texto al uso, ni un biopic…
Como ya te hemos comentado, es nuestro primer montaje juntas, por lo que el trabajo que hemos hecho ha surgido en gran parte desde la intuición. La idea primaria era llevar a escena la vida de Tove, pero no desde un recorrido al uso por su biografía. Hemos seleccionado algunos elementos del imaginario de su obra para vertebrar desde ahí nuestra propuesta y contar la historia que a nosotras nos interesa, que evidentemente sí tiene que ver con su vida pero no únicamente.
Más allá de dar a conocer a una gran escritora, lo cual ya es muy importante, ¿qué subyace en el montaje de Han hecho daño a una niña? ¿Qué mensajes se esconden tras las tres novelas en las que os habéis basado?
Tanto en las novelas como en nuestra pieza hay una reivindicación de clase y de género, además de una confianza plena en la escritura como vía de salvación. Sí es cierto que nosotras hemos puesto el foco en su figura como escritora y no tanto en el personaje que construye en sus novelas.
¿La música va a ser un eje vertebrador sobre el cuál van a girar vuestras futuras propuestas?
Todo indica que sí, no sólo la música sino el espacio sonoro en general. Antes ya hemos contado que nos encontramos investigando el siguiente proyecto. De pronto el lenguaje escénico es completamente diferente pero el peso que tiene el sonido es incluso más importante.
En vuestra propuesta también nos queréis mostrar el poder de las imágenes, ¿cuál es ese poder y cómo lo mostráis?
En la obra se dicen muchas palabras pero probablemente los momentos más potentes de la pieza no surgen únicamente de lo que se dice. La palabra narrativa tiene una concreción importante pero es limitada. Las imágenes escénicas (con o sin texto) permiten ir mucho más allá y creemos que esto deja un poso mayor. Para nosotras ha sido muy importante buscar huecos en el texto en los que poder parar la acción y abrir un plano nuevo.
Y cómo ha encajado entre todos estos elementos el trabajo de interpretación, ¿cómo lo habéis abordado?
Al final el monólogo es el eje vertebrador de la obra. Lo más interesante desde la interpretación ha sido descubrir las múltiples ‘Toves’ que existen en una sola. Esa ha sido la clave. El personaje tiene muchas dimensiones que vamos encontrando conforme ella crece y avanza la pieza. Ha sido fundamental encontrar la esencia en cada etapa vital. En este sentido, el sonido ayuda a ubicar a Tove con las diferentes situaciones y personas que se va encontrando y que generan en ella nuevos vértices.
Leyendo la biografía de Tove Ditlesen te das cuenta que ella ha vivido 1000 vidas en una sola. En la cultura popular seguimos recordando hasta la saciedad a los escritores de la Generación Beat por ejemplo, pero de mujeres como Ditlevsen ni una palabra. ¿Es un poco lo que venís a reivindicar con vuestra propuesta?
Sí. No puede ser que no nos suene el nombre de una de las voces más importantes de la literatura danesa y europea. En Dinamarca es considerada un clásico. Y es que ni habiendo recibido los galardones más importantes de las letras danesas nos ha llegado, no sabemos nada de ella…
Virginia Woolf, Sylvia Plath, Anne Sexton, Tove Ditlevsen… las cuatro son grandes escritoras del siglo XX y las cuatro tuvieron un final muy parecido. ¿Encontráis paralelismos en sus vidas personales y profesionales para acabar como tristemente acabaron?
Sin querer adelantar mucho, estos nombres aparecen en la pieza. Las cuatro son escritoras que intentan hacerse en un nombre en un terreno completamente dominado por los hombres. En estas biografías, como en las de otras mujeres, hay relaciones complicadas con familiares, hospitalizaciones, abortos, abusos… La diferencia es que ellas a modo de confesión nos lo han dejado por escrito.
Salvando las distancias y sin entrar en aspectos trágicos, ¿las mujeres creadoras contemporáneas os podéis ver reflejadas en ellas y en tantas otras mujeres?
Sí claro, los momentos históricos son diferentes al igual que las preocupaciones o desasosiegos que derivan de cada uno. Pero si cien años después leemos esas palabras y nos resuenan vívidamente es porque hay algo que sigue igual. Esto les atravesaba a ellas y nos atraviesa a nosotras.
Tenemos la suerte en esta sociedad de poder hacer lo que hacemos porque muchas antes lo hicieron. Y si a nosotras ya nos cuesta no nos podemos imaginar lo mucho que pelearon ellas y todas esas mujeres que actualmente viven en otros contextos en los que no es tan fácil encontrar referentes.
¿De qué forma la sociedad de hoy en día sigue haciendo daño a las niñas?
El mundo de la infancia es tierno y sensible pero también es tremendamente violento. Esta sociedad hace daño a las mujeres y por ende a las niñas. Queremos pensar que algo estamos avanzando pero aún tenemos una sociedad muy desigual. En Occidente las niñas están expuestas desde que nacen a esto, pero en otras partes del mundo las niñas ni siquiera tienen acceso a la educación y sus derechos son prácticamente inexistentes.
Mirando al futuro, ¿hasta dónde queréis que os lleven las huellas de Las Galerías?
Todo lo que venga bienvenido será. Queremos contar historias y nos encantaría poder hacerlo como queramos, con recursos materiales que nos den total libertad de creación.