12 & 14. TAO Dance Theater

9 y 10 de noviembre. Teatros del Canal. Sala Roja.

La primera gran compañía que visita el festival llega de China. La TAO Dance Theater, que lleva el nombre de uno de sus directores, Tao Ye, (comparte labores de dirección con la bailarina Duan Ni, cuyo nombre suele pasar casi inadvertido), aterriza con un buen reconocimiento internacional. Fundada en 2008, la impoluta técnica de sus bailarines, como suele ocurrir también en la danza coreana, proporciona un primer deleite casi instantáneo. El año pasado, la compañía se hizo con el León de Plata de la danza en la Bienal de Venecia, “por su compromiso con una danza pura y esencial”. Esa danza austera, que descansa en el minimalismo y la repetición, es obra de Tao Ye, uno de los directores de la agrupación, que también firma las creaciones y una técnica propia que ha llamado Sistema de Movimiento Circular. Consiste en fijar la atención del movimiento en la columna vertebral y usar la concentración, observación, meditación y repetición, como piedra angular para dejar a un lado “distracciones externas”, tal y como se explica en su web. Coreógrafo asociado del Sadler’s Wells de Londres entre 2011 y 2013, Tao Ya viene desarrollando una serie de piezas numéricas con las que lleva el sumum esa limpieza e hipnosis del movimientos. Al Festival de Otoño trae 12 y 14, dos de las últimas siendo, tal vez, 14, la más representativa de ese discurso tan propio que bebe de la armonía oriental y con la que, bajo el sonido de un metrónomo, los cuerpos de los 14 bailarines, ágiles y muy activos durante los 30 minutos de duración de la pieza, parecen inducirnos a una meditación a través de los cuerpos.

 

 

TOTENTANZ – Morgen ist die Frage. La Veronal

9 y 10 de noviembre. Museo Nacional-Centro de Arte Reina Sofía

La danza de la muerte, rito específico de la Edad Media que se practicaba para auyentar el miedo al más allá, y que se materializaba en convulsiones y espasmos que llevaban el cuerpo a una especi de catarsis, vuelve a la actualidad con esta nueva obra de La Veronal. En realidad, se rescata con esta idea de la ausencia de miedo a la muerte o la liberación de su angustia a través de la danza y del cuerpo, eje que vertebra TOTENTANZ – Morgen ist die Frage. Una propuesta de liberación y aceptación alrededor de todas esas preguntas existenciales que acompañan al ser humano desde que lo es: hacia dónde vamos, quiénes somos, etc.

Para la escenificación de esta nueva pieza, elegir un espacio no teatral como el Centro de Arte Museo Nacional Reina Sofía tiene todo el sentido tal y como está pensada o estructurada, de manera espacial, la obra. En la cuarta planta de este centro de arte, y a lo largo de tres diferentes espacios, Marcos Morau, director de la compañía y Premio Nacional de Danza en la modalidad de creación 2013, entre otros galardones y reconocimientos (es una de las compañías españolas más solicitadas y aplaudidas en las principales plazas del mundo), propone un recorrido donde esa complicidad con los espectadores para que poder formar un relato propio, y de la que él suele hablar cuando se le pregunta por su obra, será crucial. En uno de esos tres espacios habrá proyección de vídeo, en otro, una instalación, y en el tercero, una performance en la que los bailarines desarrollarán una especie de “sesión de espiritismo”, tal y como reza en el programa. En palabras de Morau, esta pieza “no es más que una invitación a celebrar la fragilidad de la vida y meditar sobre su pérdida de valor. El actual desprecio a los valores de la vida es directamente proporcional a la incapacidad generalizada de interpretar, danzar, oficiar la muerte como misterio”.

 

 

Yarin. Andrés Marín y Jon Maya

15 y 16 de noviembre. Teatros del Canal. Sala Verde

De un lado, el bailaor y coreógrafo de flamenco Andrés Marín (Sevilla, 1969). Del otro, Jon Maya (Errenteria, 1977), fundador y director de Kukai Dantza, una compañía señera que articula su discurso a través de la tradición de las danzas vascas y la contemporánea. Y como resultado de tal encuentro, el espectáculo que por fin podrá verse en Madrid, Yarín, estrenado en 2022 en la Bienal de Flamenco de Sevilla y visto desde entonces en diversos escenarios.

No es extraño que estos dos creadores, coreógrafos y bailarines, del sur y el norte del país, hayan sentido el estímulo para encontrarse y crear. El mestizaje y las colaboraciones artísticas rezan como algo habitual en sus credos. En Kukai, por ejemplo, creadores como Sharon Fridman, Cesc Gelabert y Marcos Morau, han sido invitados a coreografias piezas estrenadas por la agrupación vasca. Por otra parte, Andrés Marín, representante reconocido de un flamenco de estética contemporánea, también ha colaborado con artistas de otras disciplinas como Blanca Li, Kader Attou, Pilar Albarracín y también Sharon Fridman.

Con la música como principal vehículo para el encuentro, interpretada en directo por Julen Achiary, Yarín, que hace referencia a las últimas sílabas de los apellidos de ambos, transcurre como un diálogo danzado en el que la tradición, lo clásico y lo contemporáneo, y los dos polos de Españas, conviven a través de la danza. Del taconeo y de las zapatillas de tela. De la expansión y el recogimiento.

 

 

The Ministry of Unresolved Feelings. Jo Strømgren Kompani

19 y 20 de noviembre. Teatros del Canal. Sala Verde

La Jo Strømgren Kompani es una de las más destacadas compañías de Escandinavia. También a nivel internacional lo es, tal vez algo más hace unos años. Su director, Jo Strømgren (1970), ha sido reclamado para coreografiar en medio mundo. Por ejemplo, en la GöteborgsOperans Danskompani, de Suecia, compañía que también visita el Festival de Otoño aunque con piezas de otros creadores, como la fabulosa Crystal Pite. La Jo Strømgren Kompani pasó hace dos años por la misma Sala Verde de Teatros del Canal, dentro del Festival Internacional Madrid en Danza, con un programa de cuatro piezas que hilvanaron un programa que no convenció. Sin embargo, para ser justas, algunas de las obras tenían más de quince años y el paso del tiempo acusaba sobre ellas con el peso de lo pasado. Más pertinente parece la elección de The Ministry of Unresolved Feelings, el montaje de 50 minutos que se verá los días 19 y 20 de noviembre. Contiene este trabajo algunas de las máximas del discurso de Strømgren como ese  humor absurdo que puede levantar auténticas carcajadas. Con la sombra de Buster Keaton planeando sobre la escena, como en otros trabajos de la agrupación, en el montaje convive la danza y el texto (de una voz en off en español), en lo que es una crítica ácida, surrealista y amena del funcionamiento de la burocracia. The Ministry of Unresolved Feelings es un lugar inventado por el coreógrafo en el que poder quejarse de padecimientos como la baja autoestima, la negación, la vergüenza o la incapacidad para llorar de una persona que reclama en ventanilla un tipo de baile o música que la haga llorar.

 

 

Solo Echo, Crystal Pite / We loved each other so much, Yoann Bourgeois. GöteborgsOperans Danskompani

29 y 30 de noviembre. Teatro Mira. Pozuelo de Alarcón.

Para ver esta compañía, una de las más reputadas a nivel internacional y, desde luego, plato fuerte del Festival de Otoño, no solo por la propia agrupación, sino y sobre todo, por los trabajos que trae en un programa doble de 65 minutos, hay que ir a Pozuelo de Alarcón. Y aunque se entiende la importancia de la descentralización de la capital para que el festival llegue a diferentes municipios de la comunidad, cuesta asimilar que una propuesta de danza como esta no sea recibida en la Sala Roja de los Teatros del Canal. Dicho esto, quien pueda que no se pierda las coreografías de Crystal Pite y Yoann Bourgeois, ambos creadores destacados del panorama internacional (mucho más interesante ella que él por un montón de razones, aunque los dos igual de impactantes y poéticos en sus discursos) los días 29 y 30.

La canadiense Crystal Pite, con la reposición de su pieza Solo Echo, creada para el Nederlands Dans Theater, ofrece una inteligente y delicada mirada sobre el paso del tiempo con el poema Lines for winter, de Mark Strand, de fondo, así como la nieve que va cayendo en la penumbra y que junto con la excelente interpretación de siete bailarines y ese lenguaje corporal tan característico de Pite, y la música de dos movimientos de sonatas para violonchelo y piano de Brahms, dan como resultado una bellísima pieza. Por otro lado, We loved each other so much, del coreógrafo francés Yoann Bourgeois, desparrama energía y explosión a través de los 15 bailarines que mediante la danza, pero también las acrobacias (el circo es protagonista en el discurso de Bourgeois), “plantean una lucha contra la desesperación”, según palabras del coreógrafo.

 

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