La Casa de Bernarda Alba es una obra que se ha representado en innumerables ocasiones y ya pertenece a nuestro acervo cultural, pero poca gente sabe que su estreno mundial fue en Buenos Aires en 1945 a cargo de Margarita Xirgu. ¿Cómo fue acogida en la ciudad?
Lorca ya había sido un éxito descomunal en su visita a Buenos Aires a comienzos en 1933. Había ido por unos días y terminó quedándose meses. El estreno de La Casa de Bernarda Alba en Buenos Aires, en ese contexto histórico, fue un hecho inevitable y único que generó una expectativa que excedía largamente a las ideologías, incluso de los diarios de la época. Como era de esperar el éxito fue total y permaneció varios meses en cartel, algo poco habitual en aquellos años
En tu obra La noche se está muriendo propones un encuentro esa misma noche del estreno entre Federico García Lorca y Margarita Xirgu. ¿De dónde te nace esa idea?
Saliendo de la primera ola de la pandemia tenía ganas de volver al escenario. Convoqué a Jorgelina Herrero Pons, Lorena Szekely y Mario Petrosini, con quienes había trabajado poco antes en mi obra Cisneros, Una Tragedia Argentina, con la propuesta de ponernos a trabajar sobre diversos textos de Lorca. Lorca los convocó pero me convencieron que lo mejor era hacer algo distinto. Entonces, nos agarró la segunda ola de COVID y decidimos seguir trabajando por zoom con el plan de estudiar, buscar información sobre Lorca, datos que no tuviéramos y compartirlo. La imagen del encuentro en el camarín después de la función, se me vino instantáneamente al encontrarme con esa información, seguramente porque en el acto creativo se nos mezclan los mundos, el de nuestras experiencias personales y el de la ficción que estamos imaginando. Poco tiempo antes había fallecido mi hermana y, sin saberlo, creo que ese hecho triste provocó esta obra tan poética porque todos tenemos la fantasía de volver a encontrarnos con esos seres tan queridos para ponerlos al tanto de los hechos de nuestra vida.
¿Y cómo has imaginado ese encuentro entre Lorca y Margarita Xirgu? ¿De qué crees que hablaron?
Imaginé precisamente eso: un encuentro que Margarita aprovecharía para poner al tanto a Federico de unas cuantas noticias. Sobre esa imagen se desarrolló toda la obra. En esa hora de encuentro hablaron de política, de amor, de poesía, se recriminaron, se dieron consejos, más Federico a Xirgu porque, ¿qué consejo se le puede dar a un fantasma? (Risas). Lo que teníamos claro desde el comienzo es que, con dos personajes históricos tan fuertes, teníamos que luchar contra el peligro de caer en la solemnidad o en el didactismo o en ambos al mismo tiempo. Lo logramos recurriendo al carácter festivo y lúdico de Federico que, imaginé, con ese poco tiempo no se permitiría caer demasiado profundo en las tristezas.
En tu obra hay fragmentos de obras de Lorca. ¿Cuáles son y por qué has elegido precisamente esos?
La noche se está muriendo comienza, naturalmente, con el final de La Casa de Bernarda Alba que no vemos sino que escuchamos porque estamos frente al camarín de Margarita. Luego hay algunas breves escenas de Yerma y Doña Rosita la soltera, y otras dos de obras menos visitadas: El Público y Así que pasen cinco años. Luego recorremos algunos poemas, algo de Oda a Walt Whitman y, voluntariamente, dejé de lado el Romancero Gitano, quizás porque es el lugar más común o lo más esperado por el espectador así que, quizás, fue sólo para no dar el gusto. Todo eso se engarza como parte de los juegos que Federico y Margarita se proponen para compartir esa hora mágica que está compartiendo.
El texto es tuyo, pero la dirección es junto a Jorgelina Herrero Pons. ¿Cómo habéis construido ese encuentro a nivel escénico?
Con Jorgelina, antes de esta obra, trabajamos al menos en 10 más, yo como Director y ella como escenógrafa y vestuarista, por lo cual, este encuentro fue bastante natural y no lo hubiera propuesto a otra persona.
Si bien, por antecedentes y las experiencias, yo tuve una participación más intensa en la Dirección de Mario y Lorena, Jorgelina también hizo aportes valiosísimos y propuestas que yo no pensé, las charlamos, las discutimos brevemente, las pusimos a prueba y muchas de ellas quedaron. Por otro lado, es maravilloso trabajar desde el primer ensayo con la vestuarista y escenógrafa al lado y todo en un solo equipo que va imaginando la puesta en escena. Incluso Eduardo Safiguero, el iluminador, estuvo muy cerca de todo el proceso. Son privilegios que, a la hora de crear, enriquecen notablemente el resultado
¿Y cómo habéis trabajado con los intérpretes? ¿Qué pautas les habéis dado para que se metan en la piel de Lorca y Xirgu?
Lo fundamental fue lo que te contaba antes: no caer en solemnidades. Para eso era importante olvidarse de las tremendas personalidades que estaban interpretando y en eso fue fundamental descubrir muchas cosas de la cotidianeidad sobre todo de Federico porque de Margarita hay poca información, salvo de algunas cosas que pudimos saber tiempo después del estreno a través de actrices que habían sido sus discípulas. Otro elemento importante fue entender que esta es una obra sobre una historia de amor, de un profundo amor y admiración mutua.
No debe ser fácil dar vida a dos de las personas más importantes de la historia del teatro. Con todo el trabajo que hay detrás del montaje, ¿sientes que al final el público logra ver a Lorca y Margarita sobre el escenario?
Nunca pretendimos hacer un trabajo de mímesis sobre ellos y, por otro lado, no hay mucha filmación sobre ellos. Entonces nos enfocamos en algunos aspectos que conocimos y en que Lorena y Mario crearan sus propios Margarita y Federico. Contamos con algo a favor y es que Mario tiene un parecido extraordinario con Lorca y uno ve a Lorca, al Lorca que encarna Mario jugando la Margarita que encarna Lorena. Hay una anécdota maravillosa sobre si el público siente que Lorca y Margarita están en el escenario. Cuando vinieron a filmar la obra, cinco minutos antes de que termine, unos de los camarógrafos se desmayó porque le bajó la presión. Hubo que interrumpir la función, el público no se fue y la retomamos 45 minutos después. Durante ese lapso de tiempo, Mario y Lorena estaban en escena, sentados en un sofá que usamos. Una espectadora le decía a Mario: “Federico, Federico, leí un libro sobre vos…”. Mario nunca la corrigió y le contestó como si fuera el mismo Federico (risas).
¿Es esta una obra propiciada por el fuerte vínculo del amor?
Absolutamente. Propiciada por el amor entre Federico y Margarita y el amor de los teatristas y el público argentinos por Federico, en primer lugar.
Aquí, en España, de Lorca se sabe casi todo, pero la figura de Margarita Xirgu se nos pierde un poco en el tiempo. ¿Cómo de importante fue la ayuda de Xirgu en la carrera de Lorca? ¿Y cuál es su dimensión en Sudamérica?
En Argentina tenemos un vínculo parecido con ambos y todos los años se representan obras suyas u obras montadas a partir de textos suyos. Si bien hay un gran teatro Margarita Xirgu, el conocimiento de Lorca es muy amplio. El nombre de Xirgu tiene un peso enorme en Uruguay, donde ella terminó residiendo hasta su muerte, fundó una importante escuela de Teatro y fue fundamental en el desarrollo del teatro uruguayo. Lo fantástico de Xirgu es que ella no dejó textos escritos, casi no trabajó en cine, fue siempre una gran actriz de teatro y el teatro es efímero, sin embargo, su recuerdo persiste, así que podemos sospechar que era tan gran actriz que pudo vencer esa característica efímera del teatro.
¿La obra ayuda a hacerse una idea de quiénes fueron, de verdad, estos dos grandes referentes de la Cultura universal?
Es así. Muy a menudo nos sucede que el público sale de la función, se queda a saludar y nos comentan que la obra les dio ganas de leer a Lorca o volver a leerlo y saber más tanto de su vida como la de Xirgu. Eso también nos ha pasado en funciones que hemos hechos para escuelas secundarias y que un grupo de adolescentes quede con ese interés nos motiva a seguir presentando en esas instituciones y para ese público.
Por lo que he podido leer, tu teatro siempre suele ser político, en el sentido de que te metes de lleno a analizar temas de la actualidad. ¿Esta obra te sirve, de alguna manera, para hablar sobre la creciente amenaza del fascismo? El que asesinó a Federico y desterró a Margarita.
Me interesa mucho el cruce entre nuestra historia argentina, la actualidad y lo político para, a partir de ahí, desarrollar una ficción que nos hable de nosotros mismos, de cómo nuestra historia se repite y mostrar que, lo que hoy estamos sufriendo, podemos descubrirlo en nuestro propio pasado. Hay personajes y pensamientos que van cambiando sus modales, sus aspectos pero siguen siendo la misma catástrofe que fueron siempre. Hay quienes se olvidan del pasado y consideran que lo viejo de hoy es algo novedoso; hay quienes eligen no ver; están los que tienen esas convicciones horribles. Entonces, me surge una imágen y una obra que pone en juego todo eso y el presente toma la forma poética de una ficción que acontece en el pasado pero al espectador le resuena en su presente. Cuando surgió este proyecto ya se atisbaba el avance de la derecha en muchos lugares y no cualquier derecha, la derecha fascista y autoritaria. Teniendo a estas personalidades en la obra, tan comprometidas políticamente, nos dijimos que era necesario que esas posiciones políticas estuvieran presentes porque hablan de ellos y porque a nosotros nos representan. El fascismo te mata o te exilia pero nunca quiere tenerte cerca. Federico y Margarita son dos ejemplos indiscutibles de los consecuencias criminales de ese pensamiento.
¿Esta obra es un homenaje al poder transformador del teatro?
Estoy convencido de esa utopía y me representa todo lo que dijo Federico en su Charla sobre el Teatro.
¿Se trata de una celebración de la memoria y de cómo el arte puede trascender la muerte?
Absolutamente. Es necesario celebrar la memoria y mantenerla viva para que no vuelva a haber un Federico asesinado ni una Margarita exiliada hasta su muerte.
¿La noche se está muriendo puede ser también un buen título para explicar lo que estamos viviendo en el mundo actualmente?
Esperemos que esta noche neofascista que está naciendo en tantos lados tenga vida corta y muera pronto. Dependerá mucho de la lucha que todos demos, cada uno desde su lugar. En Argentina, sin ningún pudor, ya están ejerciendo la censura sobre la literatura, la música, quitando financiación al cine y el teatro, transformando los subsidios para producción, siempre magros, en préstamos, como si el Estado fuera un Banco que necesita generar ganancias. Odian la Cultura, odian el Arte, porque saben que siempre los estará enfrentando y, como son torpes, creen que el Arte dejará de existir cortando ese apoyo, sólo no dejará de existir sino que producirá cada vez más.
¿Qué diferencias encuentras entre la escena teatral de Buenos Aires y la de Madrid?
Buenos Aires es un caso particular. Hay más de 200 salas en todos los barrios de la ciudad. Está el teatro comercial, mayormente concentrado en la Avenida Corrientes, el teatro oficial producido por el Gobierno de la Ciudad o el Estado Nacional, y el Teatro Independiente. Puedes ir al teatro cualquier día de la semana y en horarios variables: un lunes a las 20h, un martes a las 23h, un domingo a las 12h ó 13h. Aunque este año se redujo mucho la producción teatral y la afluencia de público, las obras no suelen estar menos de 8 funciones y muchas veces pueden estar todo un año en cartel. De la escena española conozco poco, sólo por la referencia de amigos que me cuentan y de obras extraordinarias que han venido a Buenos Aires. Hay un denominador común que es la calidad del teatro y eso, a mi modo de ver, es lo central. Espero conocer más y poder ver unas cuantas obras cuando estemos allí.
¿Cómo te hace sentir el formar parte de este Ciclo de Teatro Argentino que organiza El Umbral de Primavera en Madrid?
Para nosotros es una enorme alegría formar parte de este reconocido Ciclo del que han participado tantos y tantas colegas y amigos. Hace un año ya que tenemos confirmadas estas fechas y eso nos dio pie para poder armar un gira por España incluyendo a Zaragoza y Barcelona y aun con posibilidad de sumar alguna ciudad más. Desde el estreno de La noche se está muriendo ya pensábamos en poder traer la obra a España. Vivi (Viviana López Doynel) y el Umbral nos abrieron esa puerta y estamos profundamente agradecidos y algo que también nos alegra es que nuestra función del 1 de Febrero en El Umbral de Primavera será nuestra función número 100.