La consagración de la primavera
Una obra vivida desde dentro, que exige del público una implicación máxima.
Una obra vivida desde dentro, que exige del público una implicación máxima.
Pieza de seres vivos y vulnerables describiendo un viaje narrativo y sensorial en la sociedad del rendimiento, la positividad y la idea de éxito.
Una obra para preservar a José Couso en la memoria y, con él, a todos los periodistas y civiles ejecutados impunemente en la guerra.
Una obra para hablar sobre la fugacidad de la VIDA con humor, descaro, gotas de ternura y mucha neurosis.
Foto: Juan Carlos Toledo Nada es creado, todo está ahí dispuesto a ser plagiado. Recuerdos, ideas, imágenes y objetos que se citan, combinan y
‘Jura de bandera’ toma como punto de partida la Europa del siglo XIX, aquella donde aparecen los primeros nacionalismos y comienzan a instaurarse las políticas de normalización de los cuerpos.
Conocedores de las tradiciones más arraigadas de la sociedad andaluza, los miembros de Vértebro, las desnudan, digieren y deconstruyen en escena para exponerlas, desde el amor y el pensamiento crítico, a una nueva mirada.
‘Domestica’ es la parte final de Lost In The Funhouse, una trilogía de piezas escénicas acerca de los placeres y los aburrimientos en esta adolescente década del Siglo XXI.
El Conde de Torrefiel presenta esta pieza de Teatro documental creada con personas de las diferentes ciudades en las que se representa la obra, que aportan sus cuerpos, palabras y pensamientos.
Olga Mesa y Francisco Ruiz de Infante no cuentan Carmen, ni Shakespeare sino que apoyándose en el encuentro anacrónico de un mito y un inventor de mitos, proponen una reflexión sobre los cuerpos, los papeles y el juego de los sexos en la relación amorosa.
Esta pieza escénica creada en residencia en Naves Matadero toma la fertilidad como un concepto biológico pero también filosófico. La posibilidad de crear vida va paralela a la capacidad de entregar al mundo lo mejor que uno tenía. Si no podemos tenerlo todo, ¿qué estamos dispuestos a perder?
El indomable Rodrigo García ha sobrepasado los 50 en plena forma. Su ser sigue alojando al tipo más punki del teatro en español, cuya irreverencia