David Bestué, Andrea González, Paz Rojo, Nilo Gallego, Elena Córdoba, Sandra Gómez, El Conde de Torrefiel, Esther Rodríguez Barbero, Marta Echaves, Laia Estruch, Quim Pujol, Kike García y Fran Cabeza de Vaca, Marc Vives, Joao Fiadeiro son algunos de los nombres que se darán cita en este festival organizado por La Casa Encendida.

Este evento se llama Domingo, lo comisaría Fernando Gandasegui y reúne a la escena experimental de las artes vivas de los últimos 10 años. Tendrá lugar del 16 al 27 de junio en el espacio cultural madrileño.

 

Domingo en La Casa Encendida

 

Por Redacción

 

La Casa Encendida reúne en el festival Domingo a la escena experimental de las artes vivas peninsulares, protagonista también de la programación de este espacio desde su creación. El programa se articula a través de obras, talleres y conferencias donde confluyen la danza, el teatro, la performance, las artes visuales, la filosofía y el cine. Tras un año de enormes dificultades de exhibición, La Casa Encendida programa Domingo como un encuentro que recoge sensibilidades, preguntas y modos de hacer compartidos en las artes performativas actuales.

En Domingo se podrán ver estrenos, adaptaciones y obras de los últimos lustros de algunas de las creadoras más influyentes de las artes vivas peninsulares. Artistas como Paz Rojo, Elena Córdoba, El Conde de Torrefiel o João Fiadeiro, conviven con otras figuras clave de la performance y las artes visuales como Marc Vives, Laia Estruch o David Bestué. Y entran en diálogo con otras que comienzan a despuntar como Andrea González, Kike García, Marta Echaves o Esther Rodríguez-Barbero.

Madrid vuelve a disfrutar con Domingo de un contexto de exhibición para las artes escénicas experimentales en el que se preguntan por las relaciones entre cuerpos, imágenes y acontecimientos. Dos de los principales hilos del festival son la performatividad de la mirada, acción que no consiste en mirar lo que acontece, sino que hace acontecer; y el potencial ausente o nuestra relación, en la palabras de Mark Fisher, con “aquello que actúa sin existir (físicamente)” pero que opera efectivamente en el mundo.

El festival toma el nombre prestado del Dimanche de Yves Klein, periódico de un solo día, exposición en papel, performance de 24 horas o documentación del famoso salto al vacío, en el que se publica el texto Teatro del vacío que podría subtitular el festival. Yves Klein se rompió el tobillo en su primer salto antes del conocido fotomontaje.

Domingo también es un día festivo, es el día en que se interrumpe el tiempo del trabajo, como en su origen hacían los festivales escénicos de la antigüedad. Ahora, en el festival Domingo, se vuelve a celebrar una escena que es puro presente en respuesta a las urgencias de hoy.

Cuando parece que ha pasado lo peor de la pandemia, Domingo nace del deseo de apoyar a las artes vivas de la Península en un momento en el que el reto consiste en encontrar nuevas formas de exhibición y encuentro. Es un festival de La Casa Encendida comisariado por Fernando Gandasegui.

 

PROGRAMA

 

CURSO

La no imagen, con David Bestué. 15 y 16 junio

El objetivo del taller es reflexionar sobre cuestiones básicas como la gestión del tiempo en directo y del estar en un lugar específico como parte del proceso de todo aquello que no puede ser capturado en una imagen. El objetivo es detectar cómo el imaginario visual actual y sus técnicas de reproducción y representación pueden romperse para centrarnos en la potencia del aquí y del ahora.

David Bestué (Barcelona 1980) es un artista interesado en la confluencia entre la escultura, el lenguaje y la arquitectura. Entre sus exposiciones individuales recientes destaca Pastoral (La Panera, 2021), De perder un nombre (Diputación de Huesca, 2020) y Miramar (Pols, València, 2019). Recientemente ha publicado El Escorial: Imperio y estómago (Caniche, 2021) y Viaplana y Piñón (Puente editores, 2019).

 

CONFERENCIA

Una película sin película, con Andrea González. 16 junio

Una película grabada en un vacío, que contiene más de lo que contuvieron sus imágenes. Es la película que nunca hemos visto, a través de la que más hemos pensado la historia reciente. Las imágenes materiales de aquella película han desaparecido, pero siguen apareciendo ahora. Hay una serie fascinante de coincidencias o señales que la van haciendo surgir. Es como un bypass constante entre el presente del pasado, y el pasado del presente. Como una deshistorialización de la historia. Entre lo que se creía identitario en el ahora, y lo biográfico de aquella gente que vivió la transición. «Pues por ejemplo llamaba un tío al timbre, y nunca se veía al tío, y era recorriendo todas las habitaciones y siempre la cámara detrás. Y sólamente veías sombras. Y salía por un sitio y entraba por otro. Y entonces se abre la puerta y empieza la cámara a perseguir al fantasma por toda la casa sin encontrar a la persona a la que está siguiendo la cámara”, dice el padre de la artista en la pieza.

Andrea González trabaja con imágenes. Su investigación gira en torno a políticas espaciales, infraestructura y territorio con una mirada posibilista y experimental. Explorando nuevas formas de narrar, se sumerge en la cultura material reapropiándose y resignificando fragmentos. Su trabajo revisa narrativas infrarrepresentadas, cuestiona las prácticas editoriales, desarrolla y descubre nuevas formas de comunicación.

 

ESCÉNICAS

Lo que baila, de Paz Rojo. 18 junio

Lo que baila es una forma encontrada. Una huella, un residuo que pide ser disfrutado desinteresadamente, a pesar de mí misma. Lo que baila no tiene relación conmigo. Precisa una atención fuera de todas las categorías que yo le pudiera imponer. Lo que baila es lo que se queda o queda. Lo que resiste. Lo que persiste irracionalmente: una superficie, un ritmo, un sueño. El resto del órgano impreso en el suelo. La mano reposando el segundo. El desfiladero por el que caigo impresionada. La esquina en la que decido quedarme, en la que decido morir. La hoguera que contemplas. Las cenizas de un oficio recordado. Un secreto. Un danceo susurrando un mensaje incomprensible. Lo que baila está casi muerto. Ya fue. Sólo queda después.

Paz Rojo es coreógrafa, bailarina e investigadora. Su actividad se desarrolla en el cruce entre las prácticas artísticas, la coreografía y la filosofía. Desde hace más de una década se interroga sobre la potencia de la danza y la posibilidad de una producción artística más allá del marco de la producción de valor capitalista. Es doctora en filosofía de la danza y artes performativas por la Universidad de las Artes de Estocolmo (Suecia). En 2019 publica el libro To Dance in the Age of No-Future (Circadian, Berlín), como parte de esta investigación.

 

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‘Lo que baila’, de Paz Rojo

 

CONCIERTO

Drum Invocation, de Nilo Gallego. 18 junio

Un concierto a caballo entre el silencio y la escucha; entre el golpe y el ritmo; entre el gesto y el estruendo. «Una piel de oveja tensada en un tambor enmudece si suena al mismo tiempo una de lobo en otro tambor». Nilo Gallego se extraña con esta frase de Descartes. Cree que estaba bajo el hechizo del temido husita de Bohemia Ziska de Trochknow, quien antes de morir hizo jurar a sus soldados que abandonarían su cuerpo a las aves de rapiña y harían de su piel un tambor cuyo ruido esparciese el terror entre sus enemigos. Con la colaboración de María de la Cámara (Cube) en el diseño de luces.

Nilo Gallego es músico, realiza performances en las que la experimentación con el sonido es el punto de partida. En sus trabajos, que siempre tienen un componente lúdico, busca la interacción con el entorno y lo cotidiano. Toca la batería, percusión y electrónica. Además, realiza la creación musical y diseño de espacios sonoros para compañías de teatro y danza contemporánea, forma parte del colectivo experimental de acción Orquestina de Pigmeos (junto a Chus Dominguez) y colabora habitualmente con creadores como Silvia Zayas, Alex Reynolds o la compañía Societat Doctor Alonso.

 

ESCÉNICAS

Pensamientos de una bailarina…, de Elena Córdoba y Luz Prado. 19 de junio

En Pensamientos de una bailarina que comprendió el ritmo cuando miró un cadáver, Elena Córdoba y Luz Prado revisitan juntas ‘Soy una obstinada célula del corazón y no dejaré de contraerme hasta que me muera’, una obra sobre lo que le sucede al cuerpo después del último latido.

«En el año 2016 hice una obra íntima que partía de la observación del cadáver, una pieza con la que me acerqué al proceso de descomposición del cuerpo. Esta obra se llamó Soy una obstinada célula del corazón y no dejaré de contraerme hasta que me muera. Fernando Gandasegui me ha propuesto revisitarla para este felicísimo Domingo. Siempre me ha asustado no poder identificarme con lo que hice, por eso no suelo mirar hacia atrás. Revisar o revisitar me parece tentar a la melancolía, una amiga a la que esquivo todo lo que puedo. Pero Soy una obstinada célula del corazón y no dejaré de contraerme hasta que me muera partía de un texto escrito que no ha cambiado en todos estos años, un texto que me ha estado esperando. Quiero prestarle el cuerpo a esas palabras para que vuelvan a sonar. Igual ahora, en los tiempos que vivimos, este texto vuelve a ser pertinente. Nunca habría retomado estas reflexiones sola, mi amiga Luz Prado y mi compañero Carlos Marquerie me acompañan en este viaje». Elena Córdoba.

Elena Córdoba (Madrid, 1961). Su obra se construye a partir de la observación detallada del cuerpo, eje y materia de su trabajo. En el año 2008, inicia Anatomía poética, ciclo de creación sobre el interior del cuerpo humano, que comprende obras y estudios de distintos formatos y que aún se extiende en el tiempo. Se interesa especialmente en el acto humano de bailar, su necesidad y su pervivencia social, a él le dedica el proyecto de investigación colectiva Bailar ¿es eso lo que queréis?, que desarrolla junto con Ana Buitargo y Jamie Conde Salazar. También participa en el colectivo anatómico Déjame entrar y del proyecto ¿Bailamos? para la creación de grupos de baile. Actualmente, Elena trabaja entre el cuerpo y la botánica en el marco de Ficciones Botánicas, un proyecto de estudio y ficción en torno al mundo vegetal y sus leyes coreográficas.

Luz Prado (Málaga, 1985). Es musicao, violinista y performer. Trabaja en lo escénico desde el sonido y cree en la creación colaborativa. Su práctica parte de un diálogo constante con el violín y el encuentro con personas que ponen en valor el ser y el estar a través del folclore, el diy, el movimiento o el ruido. Crece con músicos centrados en la improvisación como Wade Matthews o Julián Sánchez; expande lo sonoro con artistas como Violeta Niebla, Nilo Gallego, Elsa Paricio o Silvia Zayas, y comparte procesos con bailarinas como La Chachi, Elena Córdoba o Carlota Mantecón.

 

ESCÉNICAS

Heartbeat, de Sandra Gómez. 19 de junio

Un solo de movimiento para una intérprete cuya finalidad es ocupar un espacio y un tiempo bailando. Una sesión de música dance, hip hop, techno y electrónica sirven de base al movimiento.

En Heartbeat, el movimiento quiere alejarse de lo formal y de lo académico, siendo éste un elemento plástico y expresivo resultado del uso de una determinada energía y no una coreografía de formas cerradas. Una propuesta donde se juega a buscar los límites espaciales, temporales y energéticos de un cuerpo.

La pulsación de la música es la que marca el ritmo y la que ofrece el estímulo al cuerpo para moverse. Un cuerpo que está a la escucha de sus necesidades en un ejercicio de improvisación.

Sandra Gómez es licenciada en Arte Dramático por la ESAD de Valencia, máster en Producción Artística por la Facultad de Bellas Artes de Valencia (especialidad en Pensamiento Contemporáneo y Cultura Visual) y cuenta con una amplia formación en danza contemporánea en Valencia y Bruselas. Desde 2001 hasta 2012 trabaja como creadora desde el colectivo Losquequedan y desde 2012 trabaja de forma independiente en proyectos centrados en el cuerpo y el movimiento.

 

ESCÉNICAS

Se respira en el jardín como en un bosque, de El Conde de Torrefiel. 20 de junio

Se respira en el jardín como en un bosque y se está en el teatro como en el mundo. Pero ni el jardín es la naturaleza ni el teatro es el mundo.

Alguien prepara los jardines para disfrutar de un pedazo organizado de naturaleza, en su origen salvaje y llena de peligros. En el teatro, alguien ordena las palabras y las imágenes en un discurso que dibuja una lógica que parece una respuesta. Pero así como cuando se abandona el jardín y se entra en el bosque, al salir del teatro y volver al mundo, toda la ilusión se esfuma; y el mundo que aparece de nuevo ante los ojos se vuelve indomable, peligroso y siempre incomprensible.

Se respira en el jardín como en un bosque es una pieza de teatro que esencialmente podría definirse como ejercicio escénico para una sola persona, donde quien asiste a la obra ocupa el rol de intérprete y público consecutivamente. En esta pieza, se proponen las dos acciones básicas del acto teatral: alguien mira en silencio mientras alguien lleva a cabo una coreografía de acciones en un escenario. Y a partir de esta convención teatral primitiva, que ha perdurado durante miles de años hasta nuestros días, se propone un juego escénico a través de una narración sostenida por simples acciones que confrontan al participante con la convención representada.

En esta experiencia, afloran algunas cuestiones alrededor de cómo se comprende la realidad, quién es capaz de construirla y por qué nos encanta observar en silencio, al igual que hacemos cuando vamos al teatro, el artificio del mundo que hemos creado.

Pablo Gisbert y Tanya Beyeler encabezan el proyecto artístico El Conde de Torrefiel, cuyas piezas escénicas poseen una estética visual y textual en la que conviven literatura, artes plásticas y coreografía y que busca trascender los parámetros del lenguaje verbal. El Conde de Torrefiel configura sus piezas a modo de entregas en un camino de investigación amplio, cuestionamientos necesarios según un tiempo y un momento concreto. Son así propuestas que trabajan la escena desde una temporalidad inmediata, formulando hipótesis que puedan responder a las incógnitas que propone el siglo XXI y las formas de representarlas en escena. El propósito de su investigación escénica reside en comprender las relaciones existentes entre racionalidad y el sentido que el lenguaje otorga a las cosas, así como ahondar en el terreno abstracto de conceptos como tiempo y espacio, imaginario colectivo y lo simbólico. De hecho, las obras se concentran exclusivamente en un tiempo presente, analizando la relación entre la esfera privada y el contexto político, entre las nuevas formas de totalitarismo y de alienación intelectual y el sentido de responsabilidad y libertad individual.

 

 

CURSO

Invocaciones, con Esther Rodriguez Barbero. 22 y 23 junio

Invocaciones es un laboratorio de investigación para establecer un diálogo con lo que no se puede nombrar, con lo sutil, para desarrollar radares y sensores desde la mirada periférica que nos orienten y así navegar en el vacío que no está vacío. Una metodología para salir al encuentro de lo desconocido y dejarse mover por ello.

El taller parte de la investigación, desarrollada en los últimos tres años, donde las prácticas de movimiento y espaciales se ponen en contacto con las materias tangibles e intangibles que nos rodean y atraviesan. De esta forma, se pone en funcionamiento la Máquina de Desconocer desde donde se enuncian teorías, teoremas e hipótesis de los cuerpos atravesados.

Este laboratorio está creado en diálogo con Marta Echaves y su conferencia De las acechanzas que tendrá lugar al finalizar el laboratorio

Esther Rodriguez-Barbero. Coreógrafa, performer y arquitecta. Investiga a través de la práctica artística. «Mi trabajo se mueve entre la coreografía, la práctica escénica, el relato, lo performativo y arquitectónico, empleando principios asociados a dichas disciplinas para diseñar prácticas espaciales y sociales. Investigo las relaciones entre cuerpo, espacio, lugar desde el baile y el movimiento, partiendo de la curiosidad hacia lo desconocido como motor. Actualmente estoy inmersa en los procesos de desbordamiento que se abren a partir de ciertos acontecimientos y las relaciones con lo innombrable que de ahí emergen. Desde los cuales desplegar algunos aprendizajes y aterrizajes de la vida”.

 

CONFERENCIA

De las acechanzas, conferencia de Marta Echaves. 23 junio

Hauntología. La primera vez que la artista se cruzó con esa palabra fue en Los fantasmas de mi vida, de Mark Fisher. Después, la lectura de Espectros, de Marx de Jaques Derrida, alimentó la obsesión de Marta Echaves por aterrizar la posible teoría crítica de los fantasmas al contexto de la historia e imaginario posdictatorial. Lo llamó hauntología ibérica, pero en verdad no hay palabra en castellano para el verbo haunt (traducido como lo hechizado, lo que vuelve). Es, quizás, en las figuraciones que posibilitan las narrativas de lo paranormal donde se pueden ofrecer representaciones que permitan ser con los espectros, y conjurar una política de la memoria que se haga cargo de los legados que no pudieron ser transmitidos o depositados, para hendir el presente.

Criptonarrativas. Fenomenología del estado espectral del ente que aun ni vivo ni muerto, ni ausente ni presente, asedia; tiempos desquiciados, silencios que son zumbidos que enloquecen; el poder del terror como forma de control, psicofonías y muertos vivientes, duelos reprimidos que acechan a la sociedad generación tras generación o Franco como miembro fantasma de la democracia neoliberal. Todos ellos son los elementos que han dado forma a esta pieza.

Esta actividad está creada en diálogo con Esther Rodríguez Barbero y su taller Invocaciones.

Marta Echaves. Interesada en la intersección entre la práctica curatorial, la escritura y la investigación historiográfica, sus proyectos proponen revisitar imágenes y metáforas asociadas a contextos concretos, poniendo en el centro la vivencia íntima y los anecdotarios como detonadores de dispositivos poéticos de memoria. La posibilidad de entender la práctica documental de una manera expandida, y la relación entre la práctica artística y el hacer historiográfico, son el motor de sus procesos, poniendo en el centro el trabajo con la memoria oral y los archivos íntimos, las violencias y pérdidas que los atraviesan, y la necesidad de prácticas y rituales de restitución y duelo colectivo.

 

ESCÉNICAS

Mix, de Laia Estruch. 25 de junio

Mix es un solo de voz donde se despliega un recorrido sonoro por las diferentes voces que la artista ha ido trabajando en los proyectos de experimentación sonora dentro del arte contemporáneo, desde sus inicios en 2010 hasta la actualidad. Un trabajo escénico que es el resumen de las voces que se han ido entrenando para trazar una investigación entre cuerpo y voz en relación con la escultura. Editado a partir de fragmentos y modulaciones vocales características de cada uno de los diferentes proyectos, se presenta un mix de trabajos a través del cuerpo de la voz.

Laia Estruch (Barcelona, 1981) vive y trabaja en Barcelona. Es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona. Estudia su último año de licenciatura en la Universidad The Cooper Union (New York, 2010). La voz y el cuerpo son los elementos que vertebran la investigación de Laia Estruch, una práctica artística situada a caballo entre la escultura y la acción. La artista entiende la voz como una extensión del cuerpo capaz de sintetizar cuestiones relativas al lenguaje, al habla, al género o a las estructuras sociales. En su trabajo más reciente, ha investigado cómo los espacios urbanos y sus estructuras físicas juegan un papel importante en la vida cotidiana. Utilizando el spoken word, la canción, los objetos y las publicaciones, sus proyectos analizan las posibilidades emotivas de la voz a cappella y el cuerpo sin teatralizar, abriendo un espacio de reflexión en relación al carácter performativo del lenguaje, la grabación sonora y su archivo oral. Laia Estruch diseña sets escultóricos concebidos como escenas, espacios de experimentación, que le permiten llevar el cuerpo y la palabra al terreno de la acción a través de la voz, sonora y gestual.

 

ESCÉNICAS

Rosa Croma, de Quim Pujol. 25 de junio

Una acción que propone un dispositivo que cuestiona los significados culturales asociados a los colores. En 2016, Quim Pujol inicia un ciclo de trabajos relacionados con la variación continua que tienden hacia el infinito. La serie Croma es la segunda entrega de este ciclo y se despliega, a su vez, en diferentes episodios que se transforman en cada presentación pública. Si los colores son una construcción cultural que consiste en identificar y nombrar una franja determinada del espectro luminoso, esta acción en vivo propone un dispositivo que cuestiona los significados culturales asociados a los colores. Como las pantallas croma, este poema es una superficie donde se puede proyectar cualquier cosa.

Quim Pujol (1978) explora los límites entre la poesía, las artes en vivo y el arte contemporáneo. Entre sus últimos trabajos destacan Fregoli (2016-2021), la serie Croma (2018-2021) y De la ceca a la Meca (2019-2021). Ha participado en exposiciones como Intervalo. Acciones sonoras, en la Fundació Antoni Tàpies; Visceral Blue, en La Capella; o entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, en el EACC. Ha editado junto con Ixiar Rozas el volumen sobre teoría afectiva Ejercicios de ocupación (Ediciones Polígrafa, 2015) y fue comisario del programa experimental del Mercat de les Flors (2011-2015). Ha colaborado con diversos proyectos pedagógicos a nivel nacional e internacional.

 

 

ESCÉNICAS

duet, de Kike García y Fran MM Cabeza de Vaca. 26 junio

Una búsqueda de diferentes relaciones compositivas, matéricas e históricas, a través de la danza, de la mano de un mantón. La materialidad, movilidad y lenguaje propio del mantón se entienden como elementos de igual importancia que el cuerpo con el que baila. Las posibilidades de bailar se vuelven infinitas atendiendo a la viveza del mantón y su capacidad de despertar otros sentidos como el tacto y la escucha, de cubrir al cuerpo como una segunda piel. Pasa de ser bailado a bailar a la persona que envuelve, a ser otro cuerpo con su propia vida, una transformación mutua, y es en este momento cuando nace duet.

Kike García es bailarín, coreógrafo y bordador. Empezó formándose como taekwondista a los 4 años y continuó hacia la danza contemporánea, el butoh y el flamenco tratando de combinar todo este lenguaje de movimiento. Recientemente se graduó en la Universidad de Danza y Artes Escénicas HZT-UdK y ha presentado tanto su trabajo como colaboraciones con diferentes coreógrafas en Reykjavík, Madrid, Atenas y Berlín. Entre los últimos trabajos destaca la investigación junto a un mantón flamenco, una serie de paisajes junto a Jesús Bravo y conciertos con Camila Malenchini. Además, también borda performances, partituras de danza y criaturas bailando, entendiendo el tejido y el hilo como una continuación de la danza.

Fran MM Cabeza de Vaca es compositor, artista sonoro y profesor de música. Ha estrenado música instrumental y electroacústica en diversos festivales nacionales e internacionales, y ha participado en espectáculos junto a artistas y coreógrafas como Aitana Cordero o Paz Rojo. Entre sus trabajos audiovisuales, destacan tres largometrajes documentales junto a José Luis Tirado, así como su participación en el colectivo ZEMOS98 (Sevilla). Desde 2012, colabora con la poeta María Salgado en proyectos como el recital escénico Hacía un Ruido (una de cuyas piezas ha pasado recientemente a formar parte de la colección del Centro de Arte Dos de Mayo) y las piezas audio-textuales Jinete Último Reino Frag. 3 y Jinete Último Reino Frag. 2. Forma parte activa como intérprete de la Orquesta de Improvisación Farmacia 13 y de la Fanfarria Transfeminista, ambas en Madrid.

 

ESCÉNICAS

La Fiesta, de Marc Vives. 26 de junio

Partiendo de una conferencia titulada La Fiesta, de Roger Caillois en 1939, se escogen unos fragmentos que son modulados, recitados, musitados y sintetizados hasta improvisar unas frases cantadas. La acción va entrando en un ritmo a través de la repetición para salir del espacio-tiempo y se fuerza la condición física hacia la extenuación. El texto, por su parte, se va rompiendo, a la vez que se tensan los límites arquitectónicos y la relación con la audiencia.

Marc Vives Muñoz (Barcelona, 1978) es artista, investigador, docente y productor. Básicamente canta y nada, últimamente en la Costa Brava donde pretende hallar pistas de por qué hace lo que hace. Se mueve entre las artes visuales y las artes en vivo. Acomete este trabajo desde diferentes estrategias de aprendizaje de manera individual y colectiva junto Laia Estruch, Juan López, Martín Vitaliti, el grupo de investigación Si CentroCentro fuera FueraFuera, en contextos educativos como Eina o Massana, y a través del proyecto de gestión cultural comunitario GRAF.cat. Desarrolla un formato de performance experimental que incluye proyectos como Cantar el agua (GREC, La Caldera 2020); SSSSS (Becas Multiverso 2019 ); La Fiesta (Antic Teatre en Barcelona 2019 y CCMEX en México 2020); Vengo cada día por si acaso (etHALL, Barcelona, 2018); Es que ahora no puedo (etHALL, Barcelona, 2018); Barcelona atracción (Mercat de les Flors, Barcelona, 2016) o The Wilson Exercises (Rogaland Kunstsenter, Redcat, Fundació Miró, 2016).

 

ESCÉNICAS

I am here (recovered), de João Fiadeiro. 27 junio

Una performance-instalación que recupera el espectáculo I Am Here, de João Fiadeiro, a un espacio poco convencional, sin un frente definido, donde el espectador se mueve y se relaciona con la presentación a su manera y a su propio ritmo. Es una pieza realizada a partir de I am here, de João Fiadeiro, que, a su vez, se construyó a partir del imaginario de la artista visual Helena Almeida.

I am here (recovered) se acerca más explícitamente al territorio que le dio origen: las artes plásticas y la performance, donde espectador y obra casi se cruzan, casi cambian de lugar. La pieza continúa más allá de la presentación que lo encarna. Su presencia se manifiesta a través de los restos, huellas y rastros resultantes de la actuación.

“Miramos el cuerpo y el cuerpo de repente termina en los pies, en las manos. Termina ahí. No hay nada más por delante, parece un acantilado sobre el mar. De repente, termina», afirma Helena Almeida.

En I Am Here no hay juego con la ubicación o representación del cuerpo, sino con las formas (materiales) que produce, a través de la fotografía, el dibujo y la sombra. Al escenificar la finitud del cuerpo (morfológico), cautivo de sus fronteras dentro de la realidad, João Fiadeiro enfatiza la emergencia de (el cuerpo de) obra, como si entre la vida (presencia) y la muerte (ausencia) no hubiera historia ni drama, ni tensión, sino solo líneas marginales, que se cruzan, entrelazan y desenredan en el vacío.

João Fiadeiro (1965) es un artista, coreógrafo, investigador, docente y comisario portugués. Pertenece a la generación de artistas que surgió a finales de los ochenta en Portugal y dio lugar al movimiento portugués New Dance. El director artístico de ATELIER RE.AL fue una estructura que jugó un papel importante en el desarrollo de la danza contemporánea y las iniciativas transdisciplinarias en Portugal. João Fiadeiro realizó una extensa gira por Europa, Norteamérica y Sudamérica con su trabajo en solitario y en grupo. En los 90 estudia y practica de forma intensiva Contact-Improvisation, lo que le lleva a continuar y sistematizar su propia investigación sobre la improvisación bajo el nombre de Composición en Tiempo Real. Esta investigación lo llevó a coordinar talleres sobre programas de maestría y doctorado en diversas escuelas y universidades de todo el mundo.