«El capricho es entender el amor desde el otro lado»
En la era prepándemica llegó a la bandeja de mi correo electrónico el texto Querido Capricho, cuyo estreno estaba previsto para el 28 de abril del 2020 en el Centro Dramático Nacional. Curiosamente, a Tomás Cabané, que firma la dramaturgia con la colaboración de Tomás Pozzi, le saco 15 años y, a pesar de la diferencia de edad, es de esos seres especiales que la vida te pone delante con los que sientes que tienes una conexión muy fuerte. A pesar de pertenecer a generaciones distintas, de haber nacido en lugares completamente distintos, de tener una educación distinta… compartimos gustos y maneras de ver la vida. Estaba claro que, antes de leerlo, ya sabía que iba a conectar con lo que me quisiera contar. Querido Capricho, por fin, se estrena el 20 de noviembre en la Sala de la Princesa del María Guerrero. Un monólogo en el que aborda la historia de amor de una mujer, interpretada por Tomás Pozzi, que ahonda en la gran enfermedad del siglo XXI, la soledad.
Por Ka Penichet
La obra se canceló cuando decretaron el Estado de Alarma, ¿Habéis pasado miedo porque la historia se pueda repetir?
Cabané: El miedo está constantemente a la vuelta de la esquina porque ahora mismo está todo pendiendo de un hilo. Para no agobiarnos y para no volver a sufrir, estamos siempre entre viendo y no viendo la televisión, por el temor a que vuelva a pasar algo. Estamos tranquilos porque ya tenemos la obra montada desde hace unas semanas y estamos contentos por haber podido desarrollar todos los ensayos con normalidad.
Pozzi: Estamos tratando de estar protegidos por la ilusión que tenemos y por tener el espacio para sacar la función adelante. El otro día le comentaba a Tomi (T. Cabané) que yo ya soy feliz porque hemos podido hacer pases de la obra enteros, es un alivio saber que la obra está montada. Me trae mucha paz porque sabemos que la obra está y se puede hacer en cualquier momento. Sin ensayos en el Centro Dramático, hubiera sido imposible sacar adelante esta función. Estamos contentos y cruzando los dedos porque llegue el 20 de noviembre, luego veremos un poco cómo continúa todo.
El texto, principalmente, se centra en una relación en la que hay una diferencia de edad de 20 años, ¿qué te motivó a escribir sobre este tema?
Cabané: Fue Tomi (T. Pozzi) el que me dio la idea y me ayudó a inspirarme en historias que estaban ya escritas como, por ejemplo, La voz humana. A partir de ahí empezamos a desarrollar toda esta dramaturgia que ahora mismo encierra la obra y que es producto del trabajo de dos años. Después fuimos buscando los puntos que teníamos nosotros en común con esta historia. Yo, por ejemplo, me fijé que Tomi admiraba un montón a dos actores uruguayos que también hacían de mujer; a partir de ahí, fuimos desarrollando toda la dramaturgia que es bidireccional. Por un lado, cuenta la historia de esta mujer que está encerrada en una habitación esperando la llamada de un chico 20 años más joven, pero también cuenta la historia de Tomás (Pozzi) como actor, que tiene sus momentos de confesión con el público hablando sobre la profesión, el amor, de él mismo, de lo que quiere que vea la gente de él…
En el texto también habláis de la soledad.
Uno de los grandes puntos en común que queríamos trasladar al espectador, o que al menos se sintiera identificado desde ahí, es el tema de la soledad, de construir relaciones ‘ideales’ respecto al amor y el miedo a las relaciones. Esta es la historia de una mujer y, aunque nosotros seamos hombres, también nos identificamos. Queremos acercarnos a ese universo desde un punto de vista global. Esta mujer se siente sola, pero nosotros también nos hemos sentido solos alguna vez, también hemos estado esperando una llamada, un mensaje, un match o un like.
He visto que T. Pozzi también colaboró en el proceso de dramaturgia y según me comentáis, trabajasteis los puntos en común, ¿en qué cosas percibieron que no coincidían?
Pozzi: El entendimiento siempre estuvo desde el lugar en el que Tomi y yo tenemos una diferencia de edad importante y llegamos a la conclusión de que eso, que puede ser algo que separa, por creer que transitamos por diferentes edades o por experiencia, al final nos dimos cuenta que da igual la edad, el sexo que uno tenga porque todos hemos pasado por situaciones similares de sentirnos solos, de tener miedo a demostrar nuestros sentimientos, el vértigo a aceptar nuestras propias vulnerabilidades. Siento que en realidad tuvimos muy pocas discrepancias en cuanto a lo que queríamos contar. Creo que surgieron más después, cuando nos planteamos cómo lo queríamos llevar a escena que por el contenido.
Antes, comentabais que una de las fuentes de inspiración fue el texto de La voz humana, ¿en qué sentido?
Cabané: Hemos tomado referentes de monólogos que hablaban de esto, pero no la hemos tratado como una adaptación. Tienes los mismos elementos, por ejemplo, que hay un perro, un teléfono, hay una llamada, hay una mujer que está esperando… Hemos recogido todo ese universo y a partir de ahí hemos creado una nueva historia y un final diferente. Después de acabar el texto releí La voz humana y me di cuenta que no tenía nada que ver con lo que nosotros estábamos contando.
¿Hay algo de lo que os sintáis especialmente orgullosos?
Pozzi: Estoy muy orgulloso del riesgo que estamos corriendo los dos. Tomi (Cabané) tiene mucha valentía haciéndose cargo, con la edad que tiene, de un primer montaje en el Centro Dramático. Hay que hacerse responsable de eso. Los dos estamos transitando por distintas edades, en una misma experiencia, con la misma intensidad. Para mí también es súper fuerte que me dejen hacer un monólogo en el Centro Dramático, cuando no suelen programarlos. Es muy vertiginoso y lindo el mundo en el que nos metimos.
Últimamente se generan muchos debates sobre quién debe interpretar según qué papel ¿qué te ha llevado a interpretar a una mujer?
Pozzi: La decisión la tomé porque no voy a permitir que nadie me limite o que me diga qué personajes puedo hacer. El único que tiene límites en cuanto a la creatividad sobre los personajes que puedo hacer soy yo. Si yo me siento capacitado para tomar la responsabilidad de hacer este personaje, no voy a permitir que nadie desde fuera me valide.
Lo cierto, es que por lo que comentabais anteriormente, tengo la sensación de que partíais de la idea de crear un texto para ti, es decir, no escribisteis el texto y luego decidisteis que lo ibas a interpretar tú, esa idea ya estaba preconcebida, ¿es así?
Pozzi: Totalmente, está escrita para mí. Y el riesgo está en que, a veces, uno cuenta las cosas más personales alejándose muchísimo de uno porque da menos vértigo. No puedo estar más lejos de mí que haciendo un papel del sexo opuesto y, a la vez, no puedo estar más cercano sintiendo que nos pasa lo mismo.
Cabané: Además, en un momento de la obra se dice que tanto él como el personaje se tenían que encontrar para poder hablar de lo mismo y para poder hablar de nuestros encierros. Es interesante ver esa dualidad y todo el vestuario va en torno a eso, a que no haya pelucas, no haya maquillaje…y que sólo veamos a Tomás haciendo de mujer gracias a unos pendientes, el resto es nuestra imaginación la que completa esa imagen de mujer. Los pendientes fue algo que tuvimos claro desde el principio y los tenemos comprados desde hace un montón. Trabajamos con ellos desde las primeras lecturas que hicimos.
Pozzi: Y llegó un momento en el que estuvimos analizando qué cosas quitábamos. Contactamos con nuestras vestuaristas, Judith Rodríguez y Marta Marín, porque lo que se nos hacía complicado era ver cómo lográbamos que convivieran las dos cosas, convivir yo con ese otro personaje que es Amanda. Ellas jugaron con elementos concretos para que Amanda apareciera y desapareciera de una manera fácil y que el público lo entendiera rápidamente.
Trabajando el personaje, ¿qué cosas te resultaron un descubrimiento a la hora de transitar por Amanda?
Pozzi: Yo creo que la conclusión más potente que saqué fue la cercanía de absolutamente todas las vivencias y los sentimientos que uno tiene. Constantemente me vienen imágenes de mujeres que pasaron por mi vida que amo y que están sostenidas ahí: mi mamá, mis hermanas, mis abuelas… No me fue difícil convivir con eso, al contrario, me siento un afortunado y feliz de poder transitarla.
La obra toca el tema de las relaciones en las que hay un GAP – Relaciones en las que la diferencia de edad es notable-, ¿desde dónde se aborda el tema? ¿La diferencia de edad ha hecho que partáis de puntos de vista distintos? ¿les ha modificado en algo a la hora de tratar este tema?
Cabané: Yo creo que los dos partíamos de la misma visión y estaba claro que también nos interesaba en la figura de una mujer mayor frente a un chico joven porque siempre hay como más tabús respecto a eso. Normalmente, si es al revés, como que no pasa nada. En este caso, siempre hay más prejuicios por eso nos parecía que el enfoque debía ir por ahí desde el principio.
Las acepciones de la palabra ‘capricho’ pueden tener interpretaciones distintas según el enfoque que se quiera dar…
Cabané: Tiene muchos significados, pero para mí el más importante es cómo entender el amor, cómo sobrellevar el enamorarse y engancharse de otra persona. Como normalmente nos han educado respondiendo a unos standards de vida, pues de repente el capricho es entender el amor desde el otro lado. El texto dice que “el amor pierde su lado más sentimental y se comporta como un capricho, se comporta como un antojo, es pasajero, se fija en lo imposible…”. Eso para mí es lo fundamental.
¿Podéis verbalizar un capricho personal de cada uno en estos momentos?
Pozzi: ¡Ay! A mí me encantaría viajar por todo el mundo con esta obra. Ese sería mi capricho.
Cabané: A mí primero poder estrenarla y disfrutar de este estreno.
Echando la vista atrás, ¿con qué cosa te has encaprichado en el pasado?
Cabané: Yo me encapriché con entrar en la RESAD, pero eso ya te lo he contado alguna vez.
Pozzi: Yo muchas veces me encapricho porque toda la gente de mi entorno viva con la misma intensidad con la que vivo yo cada proyecto en el que me sumerjo. Con el tiempo me he dado cuenta que no puedes pretender que todo el mundo se encapriche o se enamore de la misma manera.
Revista GODOT es una revista independiente especializada en información sobre artes escénicas de Madrid, gratuita y que se distribuye en espacios escénicos, además de otros puntos de interés turístico y de ocio de la capital.