Ars Gratia Artis. El arte por la gracia del arte, que se convierte aquí en el espectáculo por la gracia del espectáculo. Los estetas burgueses del siglo XIX abogaron por hacer del arte un fin en sí mismo, dotándole de un carácter absoluto, pretendiendo que estuviera solo al servicio del puro goce estético. Era el arte por el arte. El arte, solo por su belleza.
En Nacidos para bailar, Los Vivancos transforman ese principio en el espectáculo por la gracia del espectáculo. Un dogma que convierte a la Obra en el todo y hace del arte un acto de exhibición extremo…
Y así, la trascendencia del valor ideológico del arte, de su dependencia a las necesidades tácitas de su época, convierten inevitablemente al artista en un ser egoísta, y sin otra responsabilidad que lo que crea.
Llevando a afirmar no solo su Libertad como creador, sino además… su absurda y total locura.