Un equipo de investigación se vuelca en un desafío inédito: localizar el misterioso mecanismo que permite que la alegría, la ternura y la plenitud degeneren hacia la desesperación, la violencia y la muerte.
Nos situamos en un futuro no muy lejano, un mundo donde los avances tecnológicos ofrecen la posibilidad de llevar a cabo todo tipo de experimentos sociales, donde la privacidad y la ética quedan en un segundo plano a cambio de obtener respuestas definitivas para las grandes encrucijadas de nuestra especie.
¿Qué encontraríamos si fuera posible monitorizar desde un laboratorio cada uno de los momentos y las capas que atraviesa una relación, desde el flechazo fundacional hasta su acta de defunción?
¿Encontraríamos la explicación al derrumbe de nuestros proyectos afectivos?
¿Amar es destruir?
A menudo sentíamos que el impulso que nos llevaba a seguir adelante se parecía a un trampolín de espinas.
Buscábamos las palabras fundacionales de nuestra fábula. Un día, por fin, creímos encontrarlas:
‘Propiedad’ y ‘pérdida’. Desde entonces, esas dos heridas nos acompañaron a lo largo del viaje.
Así fue como el texto se fue tejiendo en torno a sus propias espinas.
Cada uno de los nueve cuadros que conforman la historia es un intento por rastrear el camino que conduce del fervor a la abrasión.
¿Puede un proyecto de ternura convertirse en un escenario para el horror?
Así fue como terminamos habitando territorios extraños, espacios devastados, veredas atravesadas por voces lejanas, y entre aquellos rumores, siempre la misma letanía?
¿Amar es destruir?