En un arranque impulsivo, María decide invitar a los nuevos vecinos que acaban de mudarse a la casa de al lado. Acontecimiento que para Pedro, su marido comienza como una pesadilla pero que con el paso de los minutos se convierte en el plan perfecto para pasar la mejor noche de su vida. Lo que parece comenzar como una cena de lo más corriente, termina en una picante partida de strip poker que removerá los trapos sucios de todos ellos y de paso los irá dejando poco a poco sin ropa.
Esta comedia muestra con ironía la falsedad de las relaciones sociales y en este caso también las matrimoniales, que solo pueden alcanzar una forma de paz hipócrita por medio del secreto y de la mentira. Como en una partida de Strip Poker, se trata de no desvelarse demasiado, para no quedarse al desnudo. A menos que la verdad, al final, provoque una gigantesca explosión… de risa.