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Sodoma es una historia de amor.
Marcos y Jesús son dos seminaristas que han jurado obediencia a la Santa Madre Iglesia. Al dogma férreo de su tiránica visión sobre la naturaleza del pecado. Pero, de pronto, el amor y la pasión irrumpen entre las paredes (y el pajar) del seminario.
Desde el dogma de la Iglesia, al dogma del barrio gay madrileño de Chueca o el dogma científico, recorreremos junto a ambos esta historia de amor sodomítica.
Desde los versos de Santa Teresa de telón de fondo en una masturbación, al reggetón que perrearías con San Agustín. Desde el amor más puramente monógamo, al azufre enviado por Dios desde los cielos a Sodoma. Sodoma es cualquier pareja eligiendo qué película ver en el cine, con la diferencia de que ellos visten sotana, y nosotros Inditex.
Una obra de teatro ritual que se cuestiona los dogmas de diferentes universos, que busca a Dios en un cuarto oscuro, que se cuestiona cómo es una relación sana, si el placer nos convierte en seres desligados de lo divino o, al contrario como decía Santa Teresa, nos une a ello. Qué peligros nos acechan al salir de la zona de confort, y la pregunta más mítica de todas: ¿qué es el amor y qué no es amor?
“Entonces Jehová hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma, mientras una travesti en un local de maricas canta una mítica canción: Chueca es genial. En la Iglesia contigua, un sacerdote se ahorca sobre el altar tras haber estado toda la noche de rodillas junto a su compañero”.
Lo dicho: una historia clásica de amor.
