Foto: Marina Castañeda
Serenity rave es un lugar, un latido, algo que no es visible pero que está presente.
Un espacio donde el cuerpo es un territorio ambiguo en el que la danza ejerce de médium y la rave como contenedor de experiencias.
Un solo de danza para una sola intérprete, cuyo cuerpo muta a través del sonido del techno, abriendo las múltiples posibilidades que podemos encontrar en aquello que todavía no conocemos y que, quizás, nos dé miedo.
Serenity rave es la noche en la que aprendimos a hablar con el cuerpo, en la que nos abrumamos y algo amenazaba ruina; es la noche en la que descubrí que mi brazo era su pierna y la cabeza un fantasma, y yo, que permanecía ahí bailando, sigo bailando.