Perro es una pieza unipersonal y una de las piezas más relevantes de la extensa carrera de Daniel Abreu (Premio Nacional de Danza 2014). Un trabajo en solitario sobre la dualidad, los triunfos, la luchas internas y externas.
Todo se narra en un escenario, en principio vacío y en el que, de momento, solo cabe una persona; no un personaje, una persona que cuenta una historia de personas. Una persona que como todas se ha creado a partir de accidentes físicos y emocionales.
La historia empieza por el título y Perro parece el más apropiado. Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, pero a mitad de camino entre la fiera y el manso, la confianza y la rabia, entre el instinto y el “dame la patita”.
Habrá quien crea que se habla de lo animal, de lo desolado, de lo personal… De quien se hable, de quien se cuente, será una persona donde no caben los razonamientos o los argumentos que a primera vista justifiquen. Aquí tiene cabida lo incongruente, llevado por impulsos e intuición. Lo cotidiano inexplicable.
El cuerpo es el único instrumento visible o por lo menos previsible. Lo que se dice antes o después no tiene mucho sentido, quizás el entretenimiento.