Santiago de Chile un viernes de agosto por la noche.
En su departamento, Masha y Simón, pareja en constante monotonía hace diez años, organizan una comida con Irina, amiga de Masha de toda la vida recién llegada de Moscú con la cual no hablan hace más de cuatro años, y Alek, un nuevo compañero de trabajo de Simón.
Durante la velada, los personajes conversan, beben, cantan, discuten y se dicen mucho menos de lo que realmente quieren decirse. Masha, protagonista y narradora, guiará la comida para lograr su objetivo: quiere morirse, pero antes desea saber qué van a decir en su funeral.