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Foto: Marina Castañeda
Besha se define como activista, feminista, antirracista, militante y ‘bakongo’ (persona que cree que el mundo es multidimensional). Besha accede a ponerse el traje de Besha niña, Besha adulta y Besha bruja para interpretar algunos momentos de su vida como mujer-migrante-racializada-pobre. Momentos en los que ha tenido que hacer frente a toda una serie de violencias estructurales que afectaron a su cuerpo y a su salud mental. Besha es originaria de la República Democrática del Congo y sabe que todas las formas de represión y sumisión contra las mujeres de África vienen de una historia de colonialismo y neocolonialismo, que no se ha superado y que ha dejado una herida abierta difícil de sanar. Sabe que descolonizar es una tarea urgente del presente. Con esta obra, Besha quiere dar esperanza a todas esas mujeres negras que han vivido, o viven, situaciones como las que ella vivió al llegar a España. Nos muestra que la conexión con lo ancestral y las prácticas y activaciones de los recuerdos -a través de los sueños, las danzas, los cantos, los relatos- son fundamentales para pertenecer al y sostener el sentido cósmico de la vida.
