Si la vida ya es suficientemente estresante… imagínate sumarle un cadáver (y no un cadáver cualquiera) en mitad del salón.
Marcos y Elena son padres. Padres primerizos. Y si en la vida ya es difícil ponerse de acuerdo en cosas triviales, imagínate en la educación de un hijo.
Sobre todo cuando se trata de temas importantes como este: ¿quién le traerá al niño los regalos el día de Navidad? ¿Papá Noel… o los pajes de los Reyes Magos?
Esta inocentísima pregunta, acompañada de la visita de alguien a quien no habían invitado, desencadena lo que será una noche llena de disparate, locura, salpicaduras de sangre, renos aparcados en doble fila… y una cuenta atrás para resolverlo todo.
Esta no va a ser una noche de paz, noche de amor. Noche de risas… eso sí. Pero solo para el público, que nuestros pobres protagonistas van a vivir un poco de angustia.
Una comedia a ritmo de villancico sobre homicidios involuntarios, sobre nuestras tradiciones, la paternidad, la venganza… y los regalos de Navidad.
Hemos sido buenos… aunque ese cadáver pueda indicar lo contrario.