Tomás y Rodri por fin han ido a visitar a Lidia y Paula desde que decidieron volverse al pueblo a formar una tranquila familia. La noche avanza y con ella múltiples confesiones y heridas que no terminaron de cicatrizarse. Crisis de edad, existencialismo, estúpidos pensamientos camuflados en grandes reflexiones.
Ha vuelto a amanecer da contexto a múltiples pensamientos del treintañero actual, a veces los personajes intentan gritar un manifiesto, una declaración de intenciones sobre un montón de temas actuales que tienen que ver sobre ellos mismos… Pero pronto se pierden por el camino, se deshinchan. Al final, el hombre moderno solo es eso: un quejica que pronto no tiene interés. Tomás, Paula, Rodrigo y Lidia saben que no podrán cambiar el mundo, ellos son parte del problema.