Fotos: Armin Smailovic
Esta es una pieza que habla de la soledad, de la muerte y que se centra en las experiencias de dos mujeres para incitarnos a cuestionar la finitud de nuestras vidas. Helga Bedau, una mujer a la que le han diagnosticado una enfermedad letal, y la actriz Ursina Lardi son las protagonistas de este montaje audiovisual.
Esta pieza teatral surge a raíz de un mensaje que una mujer, con una enfermedad mortal, escribe en 2020, en plena pandemia del virus Covid-19, a una actriz contándole la situación y lamentando no poder ir más al teatro. Además, la mujer confiesa que le hubiera encantado subirse ella misma al escenario y que su último deseo es actuar en una obra de teatro.
Esa mujer es Helga Bedau, una maestra alemana, a la que algún tiempo después, Ursina Lardi y Milo Rau visitaron en su casa de Berlín. Como respuesta a sus últimos deseos, Ursina y Milo, filmaron a Helga mientras ambas mujeres conversaban. De esta forma, ahora la antigua maestra se ve transportada al escenario, en un montaje audiovisual en el que Ursina Lardi, sobre el escenario, dialoga con ella a través de la grabación.
Por supuesto la conversación gira en torno a la muerte, pero también a la vida. Utilizando la obra moral alegórica Jedermann, sobre un estilo de vida recto y la redención a través de la fe, ambas mujeres entablan una conversación íntima sobre el pasado y el futuro, sobre la vida, la muerte, la soledad y la comunidad.
Como contrapunto cuentan con Todo hombre, la pieza alegórica de Hugo von Hofmannsthal basada en la muerte de un hombre. A través de esta conversación que se mueve entre lo personal y lo filosófico, la obra cuestiona, de forma muy tangible, la esencia de la vida, pero también el ritual del teatro como práctica colectiva, incitándonos a cuestionar la finitud de nuestras vidas.