Esto no es el fin del mundo, son historias distópicas que nos proponen reflexionar desde la risa.
Una comedia que traslada al espectador/espectadora a un futuro no muy lejano donde todo funciona por drones, aplicaciones, asistentes personales y redes sociales; donde ya no existen los bares abiertos y las mascotas están prohibidas.
En este contexto cuatro historias urbanas en las que sus personajes han normalizado lo anormal en un futuro donde todo es posible, el humor está asegurado.