En un sol amarillo es una obra que reflexiona sobre la tragedia y la corrupción, recuenta la historia de una comunidad frente a la devastación. Está basada en el terremoto que en 1998 dejó decenas de comunidades bolivianas destruidas. Las ciudades de Aiquile, Totora, Mizque, las comunidades campesinas de Antakawa, Loma Larga, Chijmuri, Hoyadas, Chakamayu y otras fueron golpeadas por el sismo: casas destruidas, otras dañadas en modo irreparable, centenares de heridos, decenas de muertos. El Teatro de Los Andes viajó a las ciudades y comunidades campesinas recogiendo testimonios sobrecogedores. En esta obra, cada frase proviene de aquellos relatos.
La comunidad internacional envió todo tipo de ayudas calculadas en casi 30 millones de dólares. El gobierno de Bolivia, a través de Defensa Civil y del Ejército, organizó la distribución de la ayuda y la reconstrucción. Al poco tiempo comenzaron a circular voces sobre corrupción, robos, desvío de fondos, abusos sobre las personas. Estudiamos la historia de otros sismos. Parece que en cada terremoto conviven el desprendimiento y el egoísmo. La mezquindad y la solidaridad. Los abusos y robos, sobre todo por parte de las autoridades, han sido una constante en los sismos de América Latina.
Un terremoto deja de ser noticia en el momento en que los que lo sufrieron comienzan a hacer cuentas con él. Cuando se apagan las cámaras y los cronistas se retiran, los sobrevivientes comienzan a conocer el terremoto, a convivir día a día con lo destruido, a reconstruir. Queremos agradecer a los habitantes de esas comunidades. Esperamos que esta obra esté a la altura de su sinceridad, que sirva de denuncia y memoria, y que no defraude sus testimonios desinteresados y desesperados.