Esmeralda, la bella gitanilla, Quasimodo, el contrahecho campanero de la catedral de Paris, el malvado Frollo y el caballeroso capitán Gringuaire son algunos de los personajes que dan vida a esta historia de amor y amistad, a esta metáfora sobre la ruindad de los prejuicios y de la irracional segregación.
A la emotiva historia se suman una música inolvidable; una impactante escenografía, un cuidadísimo vestuario, unas luces que recrean el derroche de color de los vitrales de Notre Dame y, como no, la reconocida profesionalidad de los intérpretes de la Sanpol.