Comedia desarrollada en verso en la que el autor se apoya en un solo actor para llevarla a cabo. En situaciones puntuales hace uso de audios con los que el protagonista mantiene conversaciones en las que no necesita la presencia de más actores o actrices pues dichas conversaciones se realizan a través de llamadas telefónicas, porteros automáticos, etc.
El resultado es que se generan situaciones tan diferentes y divertidas que harán olvidar al espectador que sobre el escenario tan solo hay un actor.
Mediante el ritmo y la rima, el autor pretende conseguir un efecto vistoso, diferente, una ‘musicalidad’ que serán un añadido al disfrute del espectador, aparte de la propia historia y los gags del espectáculo.
En ningún momento de la función se abordan temas políticos o se mencionan colectivos susceptibles de ser heridos. Así mismo se ha evitado un lenguaje soez manteniendo así la función y el estatus de ‘apta para todos los públicos’.